Ahogar para triunfar
Estudio de Polerio, 1590.
A pesar de la torre de ventaja y de que el rey blanco está más cerca que su colega de los peones del otro lado, la solución del estudio se complica por dos motivos: la inminente amenaza de coronación del peón de a2 y el hecho de que el único peón blanco está en la columna de torre, lo que desbarata la solución más lógica, que consistiría en sacrificar la torre por el peón de a2 y correr con el rey blanco a por los otros peones. Por ejemplo: 1 Tc2+, Rb1 2 T - a2, R - a2 3 Re3, Rb3 4 Rf4, Rc4 5 Rg5, Rd5 6 R - g6, Re6 7 R - h5, Rf7 8 Rg5, Rg7, tablas. Sin embargo, hay un curioso y contradictorio procedimiento que garantiza la victoria: ¡ahogar al rey negro! 1 Ta1!!, R - a1 (hay que capturar la torre, porque si 1... Rb3 se puede vencer con 2 Re3, ganando dos tiempos con respecto a la variante mencionada, o bien 2 Rc1, Ra3 3 Rc2, etcétera) 2 Rc2! (¡cuidado! no vale 2 Rc1 porque el peón de h5 coronaría con jaque) 2... g5 3 h - g5, h4 4 g6, h3 5 g7, h2 6 g8=D, h1=D 7 Dg7 mate. Giulio Cesare Polerio (1548-1612), conocido como Il Abruzzese nació en Lanciano (Italia). Protegido por el duque de Sora, que le concedió una pensión de 300 escudos, viajó a Madrid, donde se cree que conoció a Ruy López de Segura, durante el famoso torneo de 1575. Fue uno de los pioneros en el estudio de las aperturas, recopiló partidas suyas y de sus contemporáneos más ilustres, y tradujo la obra de Ruy López, con el titulo L'elegantia sottilità verità della virtuosissima professione de 'scacchi', una de cuyas versiones se guarda en la Biblioteca Nacional Central de Florencia. Además, compuso pequeñas joyas como ésta.
Correspondencia: ajedrez@elpais.es
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