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Los expertos advierten de que la religión sin base cultural alimenta los fundamentalismos

Clara Blanchar

Cuando las religiones tradicionales dejan de reflejarse en una cultura y en una sociedad, o bien se disuelven o bien se radicalizan y alimentan los fundamentalismos. Esta idea del analista francés Olivier Roy centró ayer parte del debate El islam europeo, organizado por el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB) como antesala de la exposición Occidente visto desde Oriente, en el que los expertos analizaron el papel del islam en Europa.

Los conflictos que plantea la integración en la Unión Europea (UE) de países con amplias comunidades musulmanas, como los balcánicos y Turquía; los sentimientos de pertenencia cultural o religiosa de las comunidades musulmanas surgidas de la inmigración en países de la UE, y la respuesta de los países de acogida, fueron las cuestiones debatidas ayer.

Olivier Roy, director del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, distinguió entre las dos vertientes de la presencia del islam en Europa: la cultural y la referida al dogma, al "contenido religioso del islam y su compatibilidad con los valores europeos". En opinión de Roy, no es la relación entre Oriente y Occidente lo que está en crisis ("no asistimos a un choque", dijo), sino que el problema está en "la desculturalización de las religiones tradicionales".

"Éste es el origen de los fundamentalismos, y no es un problema sólo propio del islam. También el evangelismo protestante está ligado a la desculturalización", afirmó. "Se están fabricando religiones basadas en la individualidad y en la salvación, que atraen a jóvenes que no se ven reconocidos ni en la religión de sus padres ni en el saber del país en el que viven". A juicio de Roy, este fenómeno está provocando dos reacciones opuestas. Por un lado, se traduce "en formas violentas", como el asesinato del cineasta holandés Teo Van Gogh, ejemplificó. Y por otro, deriva en una secularización de ciudadanos que no se identifican con el modelo religioso radical y se alejan de él. Roy también introdujo la idea de que los fundamentalismos son a la vez "efecto y producto de la globalización", una tesis que gozó de consenso entre los ponentes.

Gestión de la diferencia

Parecido acuerdo suscitó la teoría sobre la base económica del conflicto planteada por el presidente de la Liga Árabe-Europea por Bélgica y Holanda, Dyab Abou Jahjah, quien situó la "exclusión" como raíz de los radicalismos en las comunidades musulmanas. "La diferencia no es el problema, sino la imposibilidad de gestionarla", afirmó. El sociólogo Enrique Gil-Calvo abundó en esta idea. "La falta de oportunidades es la clave de todo", afirmó, y criticó la "rígida estructura social" europea frente a la norteamericana, "donde las barreras se pueden romper".

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Por la mañana los especialistas Soli Ozel, turco, y Piro Misha, albanés, coincidieron en que la religión no es el factor esencial en la integración de sus países en la UE, sino que ésta tiene que ver con aspectos ligados al desarrollo, la economía y las oportunidades geoestratégicas.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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