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Reportaje:GESTIÓN Y FORMACIÓN

Consejeros en el pupitre

Los escándalos y los cambios normativos impulsan la formación de los administradores de las compañías

Amaya Iríbar

El perfil del consejero español es el de un hombre de mediana edad con mucha experiencia en gestión empresarial. Abundan los empresarios, altos directivos y abogados. A pesar de ello, su función exige un reciclaje continuo, tanto sobre sus deberes y responsabilidades como sobre el negocio que dirigen. Más después de todos los cambios que han provocado los escándalos empresariales. El Instituto de Consejeros ha puesto en marcha un ambicioso plan de formación cuyo objetivo último es profesionalizar esta figura.

El Instituto de Consejeros ha desarrollado ocho cursos con los que pretende dar formación integral en este terreno

Cuando la consultora Accenture nombra un consejero, éste se somete a una intensa sesión de formación para conocer la compañía y el mercado en el que se desenvuelve. Un grupo de ellos viajó recientemente a la India para tocar esa realidad, conocer a los empleados, clientes, proveedores... Son sólo dos pinceladas que resumen la preocupación de las empresas del mundo anglosajón por la formación de sus consejeros.

Esta preocupación está llegando de forma lenta a España. El Grupo Santander, por poner sólo un ejemplo, puso en marcha el año pasado un programa de formación avanzada para sus consejeros que incluía, además de presentaciones específicas sobre temas de actualidad, como el impacto de las normas internacionales de contabilidad o la ley antiescándalos de Estados Unidos, cursos periódicos en tres áreas fundamentales: mercados financieros, gobierno corporativo y supervisión y regulación.

Aunque el Grupo Santander no da más detalles sobre el contenido de esos cursos ni sobre los motivos que le han llevado a desarrollar un programa de este tipo, está claro que la preocupación sobre el papel que cumplen los consejeros se ha incrementado en los últimos años, sobre todo a raíz los grandes escándalos corporativos que empezaron en Estados Unidos en el año 2000 con la quiebra de Enron. Ahora tienen más responsabilidad y se les exige más. Se buscan consejeros profesionales que en España escasean.

En palabras de Juan Álvarez-Vijande, director ejecutivo del Instituto de Consejeros-Administradores, una asociación que agrupa a unos 200 profesionales, "los consejeros actuales y futuros van a demandar dos tipos de formación: para actualizar sus conocimientos, por ejemplo en materia de buen gobierno, y una formación reglada".

En este sentido, y como un espejo de una asociación británica de consejeros que tiene 30 años de experiencia en el tema, el Instituto de Consejeros ha desarrollado un programa completo de formación para consejeros (www.iconsejeros.com).

Formación reglada

Este programa consta de ocho cursos de entre un día y tres días de duración que tratan de proporcionar una "formación integral y reglada", subraya Luis Sancho, secretario de la asociación y, junto al ex consejero delegado del BBVA, Jesús María Caínzos, uno de los profesores del programa. Los contenidos van desde las funciones del consejero y del consejo hasta gestión del cambio, pasando por el entorno legal, finanzas, dirección estratégica, marketing, recursos humanos y toma de decisiones.

La tercera edición del primero de estos cursos, que tienen un precio de 2.088 euros con descuento para los miembros del instituto, se celebra esta semana en Madrid.

La idea es que los cursos respondan a la demanda de las empresas y sean muy interactivos -incluyen simulaciones de reuniones de un consejo y muchos casos prácticos-, por lo que los grupos se reducen a una veintena de participantes. "Es un MBA para consejeros", subraya Álvarez-Vijande, quien calcula que el instituto formará a unos 200 consejeros cada año cuando los cursos cojan velocidad de crucero.

La iniciativa del Instituto de Consejeros es la primera en España para desarrollar un plan de formación completo para consejeros. "La mayoría de las grandes empresas da formación a sus consejeros, pero lo hace de forma interna", explica Ignacio Gil-Casares, de Spencer Stuart, que ha diseñado algunos cursos a medida para empresas . En muchos casos, según otras fuentes, esa formación se limita a un curso de bienvenida o a aspectos muy concretos del negocio.

Spencer Stuart creó un programa para consejeros en 1997 por el que ya han pasado 204 administradores. El 15% de ellos eran presidentes de grandes empresas; el 34%, consejeros delegados o directores generales; el 16%, consejeros, y el resto ocupaban otros cargos.

En el caso de los cursos del Instituto de Consejeros el perfil también es muy variado: con experiencia y sin experiencia; de grandes compañías cotizadas y de firmas familiares; y, un dato esperanzador, hay muchas mujeres, que están claramente infrarrepresentadas en los consejos de las cotizadas españolas.

Lo que está claro es que, sea de forma interna o a través de especialistas en formación, las empresas españolas han empezado a darse cuenta de que la formación de los consejeros es un tema a tener en cuenta. "Todas las compañías avanzadas en buen gobierno quieren que sus consejeros estén bien formados", asegura Gil-Casares.

La formación de los consejeros permitiría además crear una cantera de consejeros profesionales, lo que permitiría atenuar el gran déficit de los consejos españoles: la falta de independencia de muchos de sus miembros.

Asistentes a un curso del Instituto de Consejeros-Administradores.
Asistentes a un curso del Instituto de Consejeros-Administradores.

Los exámenes aún están lejos

Los consejeros españoles han empezado a estudiar, pero los exámenes aún están muy lejos. Si en Estados Unidos es habitual evaluar al consejo y a cada uno de sus miembros para analizar su funcionamiento y contribución a la marcha de la compañía, respectivamente, en España sólo el 19% de las empresas cotizadas hace algo parecido, según el último Índice de Consejos de Administración de la consultora especializada Spencer Stuart.

Una de las que ha dado el paso es Bankinter. Y ha decidido dejarlo en manos ajenas. La misma Spencer Stuar, una firma especializada en la búsqueda y selección de ejecutivos, examinó a todos los miembros del consejo de la entidad financiera y el funcionamiento de este órgano de decisión. El informe se envió al propio Consejo de Administración.

El objetivo de estas evaluaciones, que forman parte de las recomendaciones que prepara la Unión Europea en materia de buen gobierno, es garantizar la independencia del máximo órgano de gobierno de la empresa; certificar la capacitación de sus miembros y ver si las comisiones creadas para controlar la actividad del consejo, como la de auditoría y nombramientos, están formadas por las personas adecuadas para cumplir con sus funciones.

La tendencia todavía es incipiente en España, pero se generalizará en los próximos años, consideran algunos expertos. La recomendación de la Unión Europea puede ayudar a ello.

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Sobre la firma

Amaya Iríbar
Redactora jefa de Fin de Semana desde 2017. Antes estuvo al frente de la sección de Deportes y fue redactora de Sociedad y de Negocios. Está especializada en gimnasia y ha cubierto para EL PAÍS dos Juegos Olímpicos y varios europeos y mundiales de atletismo. Es licenciada en Ciencias Políticas y tiene el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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