A vueltas con el casco

Estaba encendido, muy enfadado, enfurecido. A pesar de eso, al descabalgar de su moto tras la carrera del día 1 en Shanghai, el Gran Premio de China, Dani Pedrosa fue más que comedido en sus declaraciones acerca de los problemas que sufrió, ya desde las primeras vueltas, con la visera de su casco. La pantalla se le empañaba. Aun habiendo perdido el liderato del Mundial de 250cc, que había comandado con brazo de hierro los últimos 13 meses, el menudo piloto de Castellar del Vallés (Barcelona) no quiso despotricar contra nadie. Ni siquiera, contra el destino. "El casco se me empañaba, pero prefiero no hablar de lo que ha pasado con las grabadoras en marcha", se limitó a declarar el español, desilusionado con su decepcionante sexto puesto.

El español justificó sus fracasos porque la lluvia había cubierto de vaho su visera

Esta temporada, Pedrosa y otros pilotos, como el australiano Casey Stoner o el italiano Matia Pasini, ganadores en el Gran Premio de China en las categorías de 250cc y 125cc respectivamente, han estrenado un nuevo modelo de casco. Un casco que es todavía un prototipo y que no se comercializa.

Tras la cita asiática de hace dos semanas, Nolan, la marca que suministra estos cascos salió al paso de todas las críticas recibidas por lo ocurrido a Pedrosa, que no a Stoner ni a Pasini, y argumentó que este nuevo modelo fue valorado muy positivamente en la pretemporada por todos los pilotos que lo probaron, entre ellos el catalán. Según la marca, el problema radicó en que no fue comprobado en las condiciones con las que se toparon los pilotos en Estoril, donde llovió y ya aparecieron los primeros contratiempos con el vaho, y más tarde en China, donde éstos se agravaron.

En su defensa, la marca aduce que, a lo largo de los tests que se llevan a cabo en invierno, los pilotos no acostumbran a entrenarse demasiado en condiciones de mojado y, además, en estos entrenamientos factores como la temperatura corporal o el sudor varían mucho de los de un día de carrera.

El vaho en los cascos aparece cuando, en una superficie transparente o cristal fino, hay mucha diferencia de temperatura en ambos costados. Este problema se agrava a medida que el grado de humedad aumenta. La medida más drástica para que el vaho desaparezca consiste en abrir la visera del casco y crear una corriente de aire.

Existen varias formas de evitar que la pantalla se empañe o, al menos, tratar de paliar los efectos del vaho sin tener que recurrir a abrir la visera una vez que ha comenzado la carrera, lo cual puede hacer perder algún tiempo al piloto e incluso ser peligroso. Uno de los métodos más utilizados consiste en realizar unos orificios en la parte superior de la visera que permitan que el aire circule a través de un circuito con entrada y salida para así conseguir el llamado efecto chimenea.

También se puede optar por utilizar tratamientos antivaho que, aplicados a modo de película en la parte interior de la pantalla, pueden resultar efectivos si las condiciones de humedad no son extremas. Hay pilotos que se decantan por la colocación de una doble pantalla, que crea una cámara de aire entre ambos cristales y aísla la temperatura exterior de la que se da en el interior del casco.

Otros utilizan la morrera de goma. Ésta permite que el aire que emana de la respiración del piloto salga al exterior mediante unas pequeñas oberturas.

Para la próxima carrera -será este domingo en el circuito francés de Le Mans- la marca de los cascos empañados ha reaccionado. Los responsables de su diseño han desprovisto las entradas de aire del carenado que poseían y, además, han añadido un difusor que se espera facilite la ventilación de la visera mediante una corriente de aire.

A pesar de las medidas que se han tomado para que el problema desaparezca, al llegar al trazado francés, más de uno mirará al cielo y se encomendará a quien crea oportuno. Por si las moscas.