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Reportaje:

Doble sanción para Guardiola

La justicia ordinaria italiana condena ahora al ex barcelonista a siete meses de prisión por dopaje

Pep Guardiola (Santpedor, Barcelona; 1971), ex futbolista del Barça, el Brescia y el Roma y que ahora juega en el Al Ahly, de Qatar, ha sido condenado por un tribunal de Brescia a siete meses de prisión y 2.000 euros de multa por dopaje con nandrolona en el otoño de 2002. La condena al ex capitán azulgrana es la primera que se aplica en Italia a un futbolista desde la entrada en vigor de la ley 376 antidopaje, de 2000.

Hace una semana, el tenista Roberto Melchiore, condenado a cuatro meses a causa de un positivo por cocaína por un tribunal de Turín, se convirtió en el primer deportista al que se aplicaba la ley que castiga penalmente el dopaje y que obliga a todos los jueces a instruir sumarios contra los deportistas que den positivo en los controles.

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No se descartan, consecuentemente, nuevas sanciones que afectarían a jugadores que en su día también dieron positivo por nandrolona y que ya fueron sancionados deportivamente. El Tribunal Supremo deberá decidir precisamente en las próximas semanas sobre si los 11 positivos que se produjeron antes del 15 de octubre de 2002, fecha del decreto ministerial sobre el dopaje, pueden ser juzgados con posterioridad. Si el Supremo dictaminase que no existe una especie de retroactividad, se sentaría jurisprudencia y se anularán las posibles sentencias.

Durante la temporada 2000-01 se contabilizaron nueve casos. El del portugués Fernando Couto (Lazio), el del italiano Stefano Torrisi (Parma) y el del holandés Edgard Davids (Juventus) fueron los más relevantes. Los otros seis afectados fueron: Da Rold (Pescara), Bucchi (Perugia), Monaco (Perugia), Sachetti (Piacenza), Caccia (Piacenza) y Gallet (Bari). A los nueve se les aplicaron suspensiones que oscilaban entre los 12 y los 18 meses, sanciones que se resolvieron después con una sentencia política cuando parte de los clubes grandes, entre ellos el Lazio y el Juventus, se vieron afectados, y finalmente se optó por una reducción de condenas. Posteriormente, y con la diferencia de una semana, se anunciaron los positivos de Jaap Stam (Lazio) y Guardiola.

"Recurriré hasta donde sea posible y demostraré que tengo razón", respondió Guardiola, presente en la sala, tras conocer la decisión del tribunal, que le resultó tan "injusta" como la que ya le aplicó la justicia deportiva italiana en noviembre de 2002 y que le supuso una sanción de cuatro meses de suspensión por dar positivo en los partidos que el Brescia jugó contra el Piacenza y el Lazio.

Doblemente sancionado, y aunque no tendrá que cumplir los siete meses de reclusión, el jugador insistió en que acudirá a cuantos organismos le sea posible hasta que se demuestre su inocencia.

"Es algo increíble", opinó el abogado del jugador, Tommaso Marchese; "mientras nosotros hemos aportado todo tipo de pruebas que eximen de culpa a Guardiola, la fiscalía sólo ha utilizado los resultados del laboratorio de Roma". "Pep ha sido utilizado como una víctima ilustre", insistió.

Según Marchese, el juicio estuvo rodeado de ciertas dudas. No sólo por la falta de nuevas pruebas por parte de la fiscalía, sino también por no haberse requisado las probetas con las muestras de control y porque al jugador no le juzgó un juez de carrera, sino un "juez honorario", figura que puede ocupar un licenciado en jurisprudencia que no ejerza la abogacía.

Guardiola trató de argumentar su inocencia con varias pruebas, entre ellas informes de expertos que evidencian que su organismo tiende por naturaleza a elevar la producción endógena de nandrolona. Momentáneamente, sin embargo, sus explicaciones no han sido atendidas y su caso ha sido sancionado por la vía deportiva y la justicia ordinaria.

Guardiola, en su época de jugador del Brescia.
Guardiola, en su época de jugador del Brescia.EPA

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