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Crónica:CARTA DEL CORRESPONSAL | México
Crónica
Texto informativo con interpretación

El miedo domina la ciudad

Mariana viajaba la semana pasada por Ciudad de México en su camioneta con su esposo y sus hijos. Faltaban pocos minutos para las dos de la tarde y ninguna señal presagiaba lo que estaba por venir. Todo estaba tranquilo aquella mañana soleada en el barrio residencial de Lomas de Chapultepec. De repente, un individuo avanzó en actitud sospechosa hacia el vehículo de Mariana. Nadie sabe qué pensó ni qué sintió la actriz en aquellas décimas de segundo, pero cuando fue ingresada en el hospital ya era cadáver. El parte médico señaló que la muerte se produjo por un paro respiratorio, consecuencia de un infarto de miocardio.

El mundo de la telenovela se vistió de luto por la muerte de Mariana Levy, de 39 años, una de las actrices y presentadoras más populares de la televisión mexicana. La cadena Televisa todavía inserta en su programación cuñas con el texto "Mariana, tus compañeros y amigos siempre te recordaremos".

La versión policial, ratificada por el marido de la víctima, indicó que no hubo asalto ni contacto físico entre el presunto agresor y los ocupantes de la camioneta de la actriz. El caso ha causado conmoción en Ciudad de México y ha puesto de nuevo sobre la mesa el tema de la inseguridad, real o psicológica. "No podemos seguir así, no puede ser que caminando a plena luz del día los asaltantes te provoquen y te produzcan la muerte", ha dicho la también presentadora de televisión Lolita Ayala.

¿Hubo provocación? ¿Se sintió amenazada Mariana Levy? ¿Por qué no aguantó su corazón? Probablemente, el terror invadió a la mujer al ver a un tipo armado acercándose a su vehículo repleto de niños -viajaban tres de sus hijos y seis niños más-. En la última entrevista que concedió a un canal de televisión en Estados Unidos reconoció vivir alarmada por la violencia que se registra en el Distrito Federal. Las pesquisas policiales confirmaron que instantes antes del suceso, el sospechoso había amenazado al conductor de un Mercedes-Benz que esperaba en un semáforo detrás del vehículo de la actriz. "Dame tu reloj, cabrón", amenazó, a lo que el ocupante del Mercedes respondió impasible: "Está blindado. Vale madres, te va cargar la chingada". El frustrado asaltante dio marcha atrás y se dirigió a la camioneta de Mariana Levy.

Quienes circulan en coche por el Distrito Federal saben que los cruces de calles pueden ser trampas peligrosas desde las que acechan delincuentes a la espera de sus presas. Lo que en otras ciudades sería una violación del código de circulación aquí es práctica habitual. De noche, pocos vehículos respetan la luz roja de un semáforo. Hacerlo sería tentar a un posible asaltante oculto en la oscuridad. El miedo, la sensación de inseguridad o, sencillamente, la certeza de que todo es posible en las calles de Ciudad de México ha dado pie a pautas en el comportamiento de los conductores que ya son hábitos: accionar el cierre centralizado antes de arrancar, circular con los cristales subidos, o mantener una actitud de extrema vigilancia cuando se está al volante.

La inseguridad es un tema recurrente que sirve para la demagogia de políticos, periodistas y los llamados formadores de opinión. Si se trata de pintar un cuadro apocalíptico de la situación, el Distrito Federal reúne las condiciones. La dimensión gigantesca de la ciudad, el tráfico insoportable, los grandes perímetros imposibles de vigilar y las enormes masas de pobres que nada tienen que perder son un caldo de cultivo para el delito. Con la inseguridad se puede hacer populismo, sembrar el miedo y aterrorizar a la población, cuando el delito es el pan de cada día.

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Las estadísticas sobre la violencia en la megalópolis mexicana son interminables. Para no agotar al lector mencionaré un solo dato, suficientemente revelador: en el primer trimestre del año, 120 tiendas fueron asaltadas o robadas cada día. Las pérdidas diarias ascendieron a 1.100 dólares por local, y la cifra total en tres meses fue de unos 12 millones de dólares.

Un policía armado con un fusil examina el maletero de un coche en Ciudad de México.
Un policía armado con un fusil examina el maletero de un coche en Ciudad de México.ASSOCIATED PRESS

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