Un Nadal cansado también gana

Rafael Nadal sorprendió al público del Foro Itálico. No por el tenis vigoroso, inapelable, que le llevó a ganar 15 partidos consecutivos en las últimas semanas, sino por un estilo plano y aburrido. No importó. Le bastó para imponerse a otro español, a David Ferrer, al que derrotó por 4-6, 6-4 y 7-5 en una semifinal pareja pero menos agotadora que la que disputaron después el argentino Guillermo Coria y el estadounidense Andre Agassi. Nadal jugará hoy la final del Masters Series de Roma contra Coria, vencedor de Agassi por 7-5 y 7-6.

Una cita que repetirá el enfrentamiento decisivo del Masters de Montecarlo, hace tres semanas. Coria tendrá en ella la oportunidad de desquitarse ante Nadal, que se impuso entonces por 6-3, 6-1, 0-6 y 7-5. La victoria del balear en el Principado fue la penúltima de su racha, que incluye un Trofeo Godó y totaliza 35 partidos en 83 días con sólo dos derrotas.

Pero ayer la espectacular carrera de Nadal cayó en un remanso. El mallorquín pareció tan relajado, tan poco metido en el partido, que restó mérito al juego de su oponente. Para empezar, rompió el servicio de Ferrer en el primer juego. Para el alicantino fue una noticia desalentadora, pero en él tuvo un efecto sedante. Mantuvo su saque con comodidad hasta situarse con 4-2. Luego, en el octavo juego, llegó la hora del Cola-Cao.

Con Nadal sesteando, Ferrer tiró de su experiencia. Precisamente, es el último español que le ha batido y conoce sus puntos flacos como pocos. Viéndole flaquear, le exigió el máximo con golpes ajustados a las rayas. Buscó su perfil derecho cada vez que le vio bajar la guardia y subió a la red para tratar de sorprenderle. Así se dejó Nadal el primer set. Y tardó en sacudirse la modorra.

Con una interrupción de por medio -una ampolla en la mano le obligó a acudir al médico-, Nadal rompió tres veces el saque de Ferrer en la segunda manga. La ganó por 6-4 y pasó página. En la última se permitió desperdiciar tres puntos de break con el saque a su favor. Ferrer le respondió con maestría y le obligó a decidir con su resto. Eso hizo Nadal, que después remató el partido con su servicio en un intercambio de golpes precioso: Ferrer le buscó el perfil ciego y él devolvió la pelota con un revés liftado, cerrando el ángulo, a la raya contraria. No hubo forma de responderle.

"No pienso parar"

"Ferrer ha jugado muy bien", admitió Nadal después del partido; "ha evidenciado que está en una gran forma y que tiene buenos golpes. Tenísticamente, se merecía más que yo el partido. Se puede decir que es quien me ha puesto en mayores dificultades en los últimos encuentros, pues está a un gran nivel".

Además de reconocer que no merece estar en la final, Nadal dijo que pasa por un bache: "Hoy estaba un poco cansado tanto física como mentalmente". "Pero me he batido en todas las bolas y he sabido terminar con mi mejor juego", añadió; "estoy satisfecho de haberme recuperado. Hacerme con el segundo set me dio oxígeno mentalmente, respiré y me tranquilicé para afrontar el tercero de la mejor forma. Volví más fresco y pude poner en práctica mi derecha y las dejadas".

Nadal anunció que, tras Roma, acudirá a Hamburgo. Y luego, una semana de descanso antes de Roland Garros. "No pienso parar", dijo; "voy a Hamburgo y mientras me sienta bien seguiré intentando ganar todos los partidos. Sólo me pararía con vistas al torneo parisiense [23 de mayo a 5 de junio] si sufriera alguna lesión".