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Un menor muere acuchillado tras discutir con unos jóvenes por el uso de una fuente

La víctima intentó llenar unos globos de agua en la fuente de un parque público

La violencia entre los jóvenes se cobró la vida de un menor, de 17 años, en el distrito de Villaverde. Manuel G. C. murió apuñalado en una pequeña plaza situada junto a la calle de Villafuerte, después de mantener una discusión con otros jóvenes de la zona. Las primeras investigaciones apuntan a que el chico pretendía llenar unos globos de agua en un parque próximo y que los chavales que estaban en el mismo se lo intentaron impedir. Se inició una pelea que acabó minutos después con el apuñalamiento del menor. La policía interrogó anoche a los acompañantes del fallecido, ya que éstos podían haber reconocido al autor de las cuchilladas, según fuentes de la investigación.

Los hechos ocurrieron sobre las siete de la tarde en el parque público que existe en la calle de Villajoyosa, en Villaverde. Según algunos testigos, Manuel G. C. fue con algunos amigos a llenar varios globos con agua para jugar. Esa zona suele ser frecuentada por inmigrantes centroamericanos, en especial dominicanos y salvadoreños. Éstos se dirigieron al grupo visitante e intentaron impedirles que llenaran los globos de agua.

Se inició entonces una discusión. Unos decían que no iban a llenar los globos, mientras los visitantes se empeñaron en hacerlo. En un momento dado, uno de los chavales le retó diciéndole que los llenara si tenía valor porque iba a llamar a su hermano mayor y se iba a enterar. El joven llenó un globo, lo que enfadó al resto. También cayó algún golpe por ambas partes.

Según los testigos, la discusión se quedó allí, pero uno de los jóvenes que frecuentan el parque llamó a un familiar (supuestamente su hermano) y le contó todo lo que había sucedido. Éste bajó a la calle junto con el resto de chavales (nueve en total) y fueron en busca de Manuel G. C., que estaba sentado en un banco en una pequeña plaza situada junto al número 35 de la calle de Villafuerte. Iban armados con palos y bates de béisbol. El atacante se acercó y le recriminó por lo que había sucedido. La víctima le dijo que sólo le había pegado una colleja a un chaval, el hermano menor del agresor. El homicida le asestó dos puñaladas mortales de necesidad. La primera le entró por el hemitórax izquierdo y le seccionó el corazón. La segunda fue algo más abajo, pero también afectó a grandes vasos sanguíneos. Después la emprendieron a golpes y patadas con la víctima.

El joven cayó fulminado sobre el banco, en el mismo momento que llegaron algunos amigos suyos. Uno de ellos intentó levantarle, pero el chico estaba prácticamente muerto. Ambas heridas le produjeron una pérdida masiva de sangre.

"Yo he visto al herido desde arriba y les he empezado a gritar a sus amigos que le giraran la cabeza para que no perdiera mucha sangre. Como no me oían, he bajado con una toalla, pero ya estaba prácticamente muerto", señaló una vecina de la zona. "Estaba convulsionando y tenía la cara totalmente pálida de la cantidad de sangre que estaba perdiendo", añadió la mujer.

Cuando llegaron los sanitarios de una UVI móvil del Samur-Protección Civil, el joven entró en parada cardiorrespiratoria. Los facultativos intentaron reanimarle durante más de 10 minutos, pero resultó imposible. Había perdido mucha sangre, por lo que sólo pudieron certificar la muerte, según Emergencias Madrid.

Agentes de la comisaría de Usera-Villaverde, situada a unos 500 metros, acudieron al lugar de los hechos. Trasladaron a comisaría a los amigos de la víctima para interrogarles, ya que muchos de ellos conocían a los agresores y al autor de las puñaladas.

Barrio conflictivo

El crimen causó una gran conmoción en el barrio. Los vecinos se quejaron de la inseguridad últimamente. La madrugada del pasado domingo, la colombiana Bibiana María Otero Castro, de 22 años, recibió un disparo en la escalera del número 89 de la calle de Sáhara, a unos 400 metros de donde ayer fue apuñalado Manuel. "Este barrio siempre ha sido muy tranquilo, sin problemas, pero en los últimos años da miedo salir a la calle. Mis hijos no bajan solos a la calle", explicó una vecina.

Un tranquilo estudiante

Todo eran buenas palabras para describir a Manuel G. C., de 17 años. Éste era estudiante de un módulo de formación profesional en el instituto Tierno Galván, en Orcasitas. Algunos vecinos también explicaron que tenía un trabajo para ganar algún dinero.

Amante del deporte al igual que su padre, Manu (como era conocido por sus amigos) salía a correr siempre que tenía ocasión. Era hijo único. Sus padres son funcionarios del Estado en la zona de Nuevos Ministerios. Ayer se habían marchado a pasar el puente a la provincia de Toledo, por lo que a última hora de ayer no tenían noticia de la luctuosa noticia del asesinato de su hijo. "Durante mucho tiempo vivió en la zona de Nuevo Parque [al lado del lugar del homicidio], pero luego se trasladó a un piso nuevo en la urbanización Pryconsa, en la carretera de Villaverde a Vicálvaro", explicó Rosa, una amiga del fallecido.

"Manu, aguanta. Tranquilo", le decían sus amigos mientras llegaban el Samur. La víctima llevaba unos pantalones de deportes, una camiseta blanca y unas zapatillas. "Era una persona muy tranquila. Alto, rubio y con ojos azules. Muy guapo", añadió Rosa.

Esta muerte violenta eleva a 19 los homicidios registrados en lo que va de año. Es la segunda que se produce en el puente del Dos de Mayo protagonizada por los jóvenes. La anterior ocurrió la madrugada del sábado en la plaza de Peñuelas (Arganzuela), donde falleció Walter Javier López León, de 29 años, tras ser acuchillado en el corazón.

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