Cerca de 60.000 jóvenes se dan cita en el Festival Viña Rock
Bebe, Rosendo, Bunbury y Molotov seducen con sus diferentes propuestas
La décima edición del Viña Rock ha roto todas las previsiones en cuanto a asistencia de público. Cerca de 60.000 personas, según fuentes próximas a los organizadores, abarrotaron ayer las instalaciones. El buen tiempo, con temperaturas superiores a los 30 grados, que, incluso, obligaban a buscar las sombras entre concierto y concierto, más un cartel que ha reunido a grupos y artistas como Bunbury, Rosendo y Soziedad Alcohólica, y la mejora y ampliación de las instalaciones para acoger a los asistentes han ayudado al éxito de este veterano festival.
Entre el numeroso público congregado se distinguía toda la variedad de las actuales tribus urbanas, como no podía ser menos, en un festival dedicado al rock, el pop y el hip-hop nativo. La apertura de puertas se llevó a cabo el viernes ante un público entregado, que aplaudió, coreó y bailó hasta altas horas de la madrugada con las actuaciones de Bebe, Elefantes, Def con Dos, Ñu, Molotov, Avalancha y Reincidentes.
Pese al éxito de la primera jornada, ayer fue el gran día de la música en la localidad albaceteña de Villarrobledo, una ciudad donde desde hace días es imposible conseguir una habitación. Desde primeras horas de la mañana, el tráfico de autobuses repletos y vehículos particulares era permanente, para escuchar a los platos fuertes del programa: Bunbury, Sepultura, Los Suaves, Soziedad Alcohólica, el incombustible Rosendo, O'Funk'Illo y The Mad Ones. La avalancha de público cobró tal dimensión que, sobre la marcha, la organización tuvo que improvisar dos nuevas zonas para acoger a los campistas que llegaban al festival.
La mezcla de estilos llevaba al público, que parecía saberse las horas de las actuaciones de los grupos de memoria, a trasladarse de un escenario a otro sin pausa, para disfrutar con la música de sus grupos favoritos, en un ir y venir constante.
Hoy, domingo, únicamente quedará abierto el escenario de Radio 3, después de que los otros tres (República, Matarile y La Oreja Metálica) cerraran, pasadas las cuatro de la mañana. A esa hora, para el público que todavía aguantaba en pie, se habilitó la Carpa Retrovisor dedicada a la música electrónica. Este año, como novedad, Viña Rock también ha incorporado un espacio para el chillout, llamado Mundo Alrededor.
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