La entrada de Guti alarga la película
Riquelme destaca por su andar cadencioso, despreocupado. Pellegrini le pide que tape un poco la salida del equipo contrario, pero sólo en situaciones puntuales. Mientras, Zidane trasiega, defiende los balones parados, marca a su lateral. Ayer, Zidane hizo de todo. Hasta una película (lo siguieron 15 cámaras durante toda la velada). Riquelme apenas encontró gente que lo estorbara en el medio campo madridista. Borja, que se puso el 4 de Hierro, se empotró entre los centrales. Sólo Raúl, desesperado, intentó parar al argentino, al ver que hacía y deshacía el partido a su antojo. Fue en vano. El 0-1, fue, en gran medida, obra de Riquelme.
Tras el descanso, Luxemburgo, el técnico del Madrid, debió mandar que atasen a Riquelme más en corto. En el descanso, con el 0-1 en el marcador, el Bernabéu fue testigo de un anuncio espectacular. La megafonía saludó al "director de marketing de Gilette" y el hombre hizo entrega de una afeitadora M3 Power a un afortunado, al tiempo que las pantallas gigantes del campo pasaban las imágenes que Beckham grabó en exclusiva para la marca de productos de belleza. La megafonía continuaba: "Después del partido Beckham te dará una sorpresa muy especial". Otra película. Celuloide para un público ansioso. Tenso. Publicidad para miles de personas que vivían en la realidad amarga del adiós a la temporada. Al final, no fue así.
El Bernabéu no se despidió de la temporada y cabe preguntarse si a Guti le cabe algún mérito. La salida de Borja y la entrada de Guti en el segundo tiempo, para ocupar un puesto desierto, el de organizador, provocó una reacción inmediata en todo el equipo. El 1-1, obra de Zidane y Ronaldo, y el 2-1, obra del coraje de Salgado. A la película de la Liga le queda metraje.
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