Una tarde sin orejas
Después del festival orejil que ha caracterizado a esta triunfalista y devaluada Feria de Sevilla, la gran noticia es que ayer por la tarde, en la corrida de Miura, no se cortaron orejas. Y se dice bien, porque, por la mañana, en el festejo se pasearon tres y hubo puerta del Príncipe festivalera.
Nada menos que 29 apéndices se han concedido en este ciclo; tanto es así, que ni los más viejos del lugar recuerdan un abono con premios a tan bajo precio.
La decadente situación que atraviesa esta fiesta desde hace años ha expulsado a los aficionados de las plazas, que han sido invadidas por un público desconocedor de las más elementales normas y que, sin exigencia alguna, entiende que la diversión consiste en sacar el pañuelo; y la autoridad, antes que defender la pureza del espectáculo, se acomoda a los nuevos tiempos y, con la excusa de evitar una alteración del orden público -exclusiva preocupación de los presidentes-, acceden a las peticiones más descabelladas. Sólo así se puede entender que el prestigio de esta plaza, santo y seña que fue del toreo, se haya derrumbado con estrépito y nadie se haga responsable de ello. Pero existe un responsable y es la Junta de Andalucía, que ha renunciado a mantener la categoría de la Maestranza, que nunca debió ser ofendida de la manera tan alevosa como lo ha sido durante la feria que acaba de terminar.
Miura / El Fundi, Padilla, Millán
Toros de Eduardo Miura -el segundo, devuelto por inválido-, bien presentados, mansurrones, blandos -el quinto, inválido-, sosos y descastados. Sobrero, del Conde de la Maza, manso y peligroso. El Fundi: dos pinchazos, media tendida -aviso-, y un descabello (silencio); dos pinchazos, casi entera -aviso-, y un descabello (ovación). Juan José Padilla: media tendida y atravesada (silencio); pinchazo y media (silencio). Jesús Millán: media en los bajos (silencio); casi entera (ovación). Plaza de la Maestranza. 18ª y última corrida de feria. 17 de abril. Lleno
Ayer no hubo orejas porque la corrida de Miura constituyó un fracaso de bravura, de fuerza y de casta. Bien presentados los toros, el primero salió con los pitones escobillados, pero inválidos, sosos y muy descastados, y sólo el cuarto desarrolló nobleza, y permitió a El Fundi demostrar, una vez más, en Sevilla que sigue siendo un lidiador seguro que merece todo el respeto.
Aprovechó muy bien el torero madrileño las escasas embestidas del animal para torear en redondo con ligazón y conocimiento de las distancias. Lo intentó con entrega por la izquierda y trazó dos tandas en las que sobresalieron naturales de mucha enjundia. Se gustó de verdad El Fundi en los ayudados finales, pero mató mal, y todo se redujo a una fuerte ovación. Tanto en este toro como en su primero banderilleó con eficacia y ajuste, aunque la falta de casta del que abrió plaza sólo le permitió lucir su depurada técnica con la muleta.
No le acompañó la suerte a Padilla. Lo mejor de su actuación fue un par de banderillas en el primer toro de El Fundi, de poder a poder, asomándose al balcón y dejándose llegar los pitones hasta la misma taleguilla. Se enfrentó a la defensiva con el peligroso sobrero del conde de la Maza, que desarrolló sentido y lo midió con malas intenciones durante toda la lidia; y se justificó con el deslucido e inválido quinto, para que el que se pidió la devolución a los corrales.
Se la jugó sin cuento Jesús Millán en su lote, nada fácil, con escaso recorrido y sin ofrecer facilidades. Justificó sobradamente su inclusión en la feria por entrega, valentía y gallardía.
Rejoneo matutino
Por la mañana se celebró el tradicional festejo de rejoneo, en el que se lidiaron toros cómodos de la ganadería de Bohórquez. Cortó dos orejas Andy Cartagena tras matar de un rejón traserísimo, y salió por la puerta del Príncipe. Una oreja cada uno consiguieron Diego Ventura y Moura Caetano. Dieron una vuelta al ruedo Antonio Domecq y José Luis Cañaveral, y recibió una ovación Fermín Bohórquez, que fue el mejor.
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