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Reportaje:GOLF | Masters de Augusta

Sólo Jiménez elude el desastre español

García y Olazábal caen en un torneo dominado por DiMarco y con polémica Singh-Mickelson

Carlos Arribas

"Así haces el swing, así piensas", dice Farid. Miguel Ángel Jiménez profundiza: "Así haces el swing, así vives, así respiras, así sientes". José María Olazábal, una olla a presión emocional, asiente desde la lejanía. También Sergio García. Olazábal, que a su primera ronda de 77 golpes añadió ayer una segunda de 76 para un +9 total, y García, con +5 y par, quedaron eliminados del Masters de Augusta de golf (Golf+, 20.30; Canal+, 0.30). Jiménez, con +2 ayer y +4 en total, pasó el corte con los golpes justos. La posibilidad de luchar por la victoria es otra historia. El líder en el ecuador del torneo era, al cierre de esta edición, el norteamericano Chris DiMarco, quien repitió el -5 del primer día y aventajaba en cuatro golpes al danés Thomas Bjorn y en seis a su compatriota Tiger Woods.

El fiyiano Vijay Singh terminó la segunda vuelta con -3 y el estadounidense Phil Mickelson con -2. Jugaron uno detrás de otro, el número uno y el campeón vigente, libraron otro capítulo de la guerra psicológica que los enfrenta, conocida como la batalla de los clavos.

Mientras Farid, que se apellida Quedra, es argelino y lleva 18 años entrenando a Singh, se coloca en el campo de prácticas, diminuto, tranquilo, detrás de su pupilo, y pule con paciencia mínimos detalles de su swing, Jiménez se estira en un buggy, da una profunda calada a su Partagás número 4, exhala el humo y se deja envolver, placentero, en su aroma habano. "No se puede pretender ganar todas las semanas", dice el malagueño; "no se puede ir deprisa, apresurado, ansioso, a todas partes". A su lado pasa deprisa, deprisa, Olazábal. Esto ocurre el viernes por la tarde. El juego está suspendido por la tormenta, pero ha dejado de llover. Olazábal no ve el momento de salir al campo de prácticas a dar bolas, a liberar adrenalina, a airear su semblante sombrío. Siempre con prisa. Habituado a llegar con tiempo al Masters, este año llegó el lunes por la noche, ya que se retrasó la última jornada de la competición anterior, en la que quedó el segundo tras fallar dos putts por la victoria. Llegó tarde, acelerado y con la sensación de que le faltaría algo para completar su rutina. El viernes por la mañana había tenido apenas media hora entre el final de la primera ronda y el comienzo de la segunda y había pretendido, y logrado si no le frenan, irse a dar bolas en vez de comerse un sandwich y esperar a que se le serenara el pulso. Hizo bogey en el primer hoyo, pero la campana de la alarma de la tormenta le salvó.

"No, José María está jugando bien, sólo tiene mala suerte", decía ayer, bajo un cielo encapotado, una mañana sin brisa, Butch Harmon, su maestro de swing. En efecto, al principio había parecido eso: malas caídas de la bola a la arena y al agua en vez de al green. Pero esa mala suerte propició un efecto bola de nieve que acabó con Olazábal, acelerado siempre, destemplado de nuevo. "Empecé calmo", explicó, "pero enseguida empecé a fallar con el putt. Me puse nervioso y fallé con los hierros y con el driver".

Quien no pierde la calma es Farid. Sentado en su paraguas convertible en asiento, el maestro de Singh contempla en la ancha calle del hoyo 15 las maniobras de Mickelson.El día anterior, el zurdo con sonrisa de monaguillo, que forma parte del 25% de los jugadores que usa clavos en los zapatos en vez de tacos, envió un comunicado a la prensa revelando que en el 13 dos comisarios enviados por Singh le revisaron los clavos en pleno partido: el fiyiano se había quejado de que destrozaba el green a su paso. Ayer, Mickelson, con el aliento de Singh en el cogote, ralentizó el juego en la calle, pidió dropar varias veces por el agua, se tomó su tiempo. Farid, filosófico, reflexionó: "Si hace eso Mickelson para responder a Singh por lo de los clavos, peor para él. Si se tiene la mente destructiva, no se puede construir. Si se piensa en hacer daño, no se puede crear belleza". Ni uno ni otro tuvieron el mejor día, aunque están ahí, como Woods. Tres de los cinco grandes al asalto del intruso DiMarco.

Clasificación en el curso de la 3ª vuelta: 1. Ch. DiMarco (EE UU), -13 (en el hoyo 9 del tercer recorrido). 2. T. Woods (EE UU), -9 (9). 3. T. Bjorn (Din.), -8 (9). 4. T. Immelman (Sur.), -4 (14), V. Singh (Fiyi), -4 (10) y M. Hensby (Aus.), -4 (9). 36. M. Á. Jiménez, +3 (10). Eliminados: S. García, 149, y J. M. Olazábal, 153.

Chris DiMarco <i>sigue</i> con su cuerpo la bola camino del hoyo.
Chris DiMarco sigue con su cuerpo la bola camino del hoyo.ASSOCIATED PRESS

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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