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Reportaje:FÚTBOL | Internacional

Pelea de gallos en St. James's Park

El Newcastle no expulsará a Bowyer y Dyer pese a pegarse ante 50.000 espectadores

Estancado en la mita de la tabla, el Newcastle tiene muy poco que hacer en lo que queda de la Premier League, pero una pelea entre dos gallitos amenaza con arruinar una temporada que aún podría ser gloriosa gracias a la Copa de Inglaterra y la Copa de la UEFA. El centrocampista Lee Bowyer y el delantero Kieron Dyer se enzarzaron el pasado sábado entre sí ante 50.000 atónitos espectadores en Saint James's Park, uno de los estadios más bullangueros de Inglaterra.

A esas alturas, apenas a ocho minutos del final, con diez jugadores en el campo por la expulsión anterior de Steven Taylor por salvar un gol con un brazo en la misma línea y con tres goles de ventaja para el Aston Villa, el Newcastle ya había perdido los tres puntos. Pero acabó perdiendo mucho más que el partido.

Bowyer se abalanzó sobre Dyer por no pasarle la pelota y le propinó dos puñetazos

Los locales no estaban de muy buen humor. Se sentían maltratados por el árbitro, Barry Knight, al que acusaban de haberles negado un penalti y haberles castigado con dos, uno más claro que el otro. En ese momento, Bowyer se encaró con Dyer por no haberle pasado la pelota y se abalanzó sobre su compañero propinándole dos puñetazos. Éste no se quedó quieto y logró también golpear a su colega de filas, además de romperle la camiseta. La trifulca ocurrió casi en la línea divisoria, a una veintena de metros del banquillo de Graeme Souness. El árbitro no le vio, pero, tras consultar con el juez de línea y con el cuarto árbitro, expulsó a los dos pendencieros.

Aunque el patrón de la asociación de futbolistas, Gordon Taylor, declaró que el Newcastle puede despedir a los jugadores si lo considera necesario, el entrenador ha dejado claro que seguirá contando con ellos a menos de que vuelvan a las andadas. Souness cargó las tintas en Bowyer, instigador del combate, y anunció que piensa apelar la eventual suspensión de Dyer por tres partidos. "La actuación de Lee es indefendible", proclamó; "es culpable de lanzar más que un puñetazo y tendrá que aceptar cualquier castigo que le caiga. Creemos que Kieron tiene una disculpa".

Dyer era uno de los jugadores más prometedores del fútbol inglés hace apenas cuatro años, pero su trayectoria se ha estancado y su carrera, como la de Bowyer, no ha sido ajena a los escándalos fuera del campo. Los dos se disculparon de inmediato tras el partido, flanqueando a Souness, pero se abstuvieron de pedirse perdón el uno al otro.

Sir Bobby Robson, que dejó el equipo a principios de la temporada, echó de menos esa disculpa mutua. "Han pedido perdón al presidente del club, al entrenador y a la afición, pero habría sido correcto que se dieran la manos entre sí ante las cámaras para demostrar que esto no ha sido más que un estallido momentáneo y que serán capaces de seguir estando juntos", se lamentó el veterano técnico.

La pelea puede sumir al Newcastle en una crisis justamente en vísperas de dos enfrentamientos cruciales para salvar el curso. El jueves que viene y el siguiente se jugará el acceso a las semifinales de la Copa de la UEFA contra el Sporting de Lisboa y el día 17 el paso a la final de la Copa de Inglaterra, a partido único y en campo neutral, contra el Manchester United.

Barry (Aston Villa) agarra a Bowyer y Carr, a su compañero Dyer, durante la gresca.
Barry (Aston Villa) agarra a Bowyer y Carr, a su compañero Dyer, durante la gresca.GETTY IMAGES

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