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España reconoce que antes de 10 años pagará a la UE más de lo que reciba

España ha sido el país que más se ha beneficiado de la solidaridad económica de la Unión Europea, pero ya está a las puertas de convertirse en un financiador neto. Ello sucederá antes de 10 años, según reconoció ayer el secretario de Estado para la Unión Europea, Alberto Navarro, en la presentación, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, del informe del Real Instituto Elcano Construir Europa desde España, coordinado por el historiador Charles Powell.

"Las transferencias recibidas no tienen parangón en la historia, no son comparables ni siquiera al Plan Marshall", afirmó ayer Navarro. Desde 1986, año de la incorporación de España a la Comunidad Económica Europea, hasta 2005, España ha aportado al presupuesto comunitario 96.602 millones de euros y ha recibido de Europa 174.734. El saldo favorable a España en estos años ha sido, por tanto, de 78.131 millones de euros.

El efecto tijera, como lo llaman los expertos, va a modificar pronto esta situación: las aportaciones de España crecen, en la medida que lo hace su producto interior bruto (PIB), y simultáneamente las aportaciones de la UE descienden a un ritmo similar ante la continua mejora de los indicadores de España.

Esta realidad económica conlleva, según los analistas del Instituto Elcano, una auténtica revolución en las relaciones entre España y Europa. El director del instituto, Emilio Lamo de Espinosa, evocó al filósofo José Ortega y Gasset y a los liberales de su generación, que concluyeron que "España es el problema y Europa, la solución". Esta fase, opinó Lamo de Espinosa, ya empieza a ser historia como consecuencia del "éxito" de España, que a las puertas de convertirse en contribuidor neto a los presupuestos comunitarios debe replantearse sus relaciones con Europa y el sentido de su clásico europeísmo: "Ahora toca españolizar Europa", afirmó.

Entre las recomendaciones del informe para abordar esta nueva etapa, el Instituto Elcano pide precisamente que empiece a prepararse a la opinión pública "para un escenario de reducción de saldos financieros, cuando no de contribución neta o equilibrada". "España se enfrenta a una reducción de fondos, pero ello refleja un éxito colectivo, no un fracaso", añade. El informe minimiza la importancia del peso de cada país en las votaciones del Consejo de la Unión por la preponderancia del consenso: según el estudio, España sólo votó en contra de 13 de los 1.149 actos legislativos del Consejo acordados entre 1999 y 2004.

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