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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

John DeLorean, excéntrico fabricante de automóviles

John DeLorean, el fabricante de coches que posiblemente fue tan extravagante como sus diseños automovilísticos, falleció el 19 de marzo en un hospital de Summit, Nueva Jersey, tras sufrir una apoplejía. Tenía 80 años.

DeLorean, hijo de un trabajador del sector automovilístico, alcanzó la categoría de directivo de General Motors (GM) gracias a una sorprendente serie de éxitos que revolucionaron la industria. Atribuyó su ascenso en gran parte a una conciencia cultural de la que carecían directivos de más edad que veía a su alrededor.

Su fórmula ganadora era curiosamente sencilla y moderna: escuchar emisoras de rock and roll. A partir de ahí, decía, uno podía evaluar lo que quieren los jóvenes compradores, qué tendencias se desarrollarán. "Es la educación más barata que puedas recibir...", afirmó una vez.

Fue elogiado por incorporar en la década de los sesenta el atractivo de los coches deportivos a Pontiac con su robusto GTO. También llevó a Pontiac su primer vehículo compacto, adivinando una tendencia hacia modelos que racionalizaran más el consumo de combustible. Con una invención incesante, se le reconoció como el creador del motor delantero, los limpiaparabrisas ocultos, el intermitente, las luces delanteras verticales y un énfasis en tableros para conductores similares a una cabina de mando. Afirmó haber obtenido más de 200 patentes.

Transmitió una frenética e incansable energía a General Motors, donde se le veía como al salvador de Chevrolet tras un largo declive de la marca. Pero se sentía coartado por unos jefes que, según decía, iban a por él y que frustraban deliberadamente sus planes para mejorar los coches y aumentar las ventas. Si el volumen de negocio de GM pasaba por debajo del 50% de las ventas totales en EE UU, el Gobierno no tendría ningún motivo para desmantelar la empresa.

Con su carácter que mostraba una seguridad excesiva, a menudo deslumbrante, y una serie de innovaciones a sus espaldas, se esperaba que algún día tomara el mando de GM. Por el contrario, la abandonó para crear su propia empresa, bajo el nombre DeLorean, con la esperanza de crear un coche deportivo económico y "ético". El Gobierno británico aportó casi 145 millones de euros al negocio con la esperanza de que el plan del empresario de dar empleo a 2.000 trabajadores cerca de Belfast, en Irlanda del Norte, disminuyera el apoyo al Ejército Republicano Irlandés (IRA).

Desde el primer momento, el sueño de DeLorean se encontró con problemas, desde una capitalización insuficiente a fallos mecánicos en el diseño de los automóviles. Tardó siete años en crear el DeLorean DMC-12, un elegante deportivo con carrocería de acero inoxidable, puertas con forma de ala de gaviota y un motor posterior de inyección de seis válvulas.

El exceso en los presupuestos incrementó el precio final hasta el equivalente a más de 19.000 euros, muy por encima de las posibilidades de la mayoría de compradores de coches en 1981. El Gobierno británico conservador de Margaret Thatcher exigió a DeLorean que ingresase más dinero para que el proyecto fuera solvente. Cuando fue incapaz de hacer frente a los gastos del negocio, la planta cerró a finales de 1982, después de producir unos 9.000 coches.

Lleno de rencor, DeLorean persiguió al Gobierno de Thatcher con el entusiasmo con el que antes atacó a GM. Los negocios habían sido prósperos, escribió en sus memorias, pero "el Gobierno británico cerró las plantas porque se rumoreaba que los empleados católicos recaudaban fondos para el IRA".

A su regreso a Estados Unidos se vio envuelto en una operación antidroga y fue detenido en una habitación de un hotel de Los Ángeles en octubre de 1980. Se enfrentaba a más de sesenta años de cárcel. Las fuerzas del orden afirmaban que pretendía vender 18 millones de euros en cocaína para mantener a flote su fallido negocio automovilístico. Para ellos, el caso estaba claro, apoyado en una grabación de un vídeo de vigilancia del FBI en la que DeLorean aceptaba un maletín que contenía 25 kilos de cocaína y en la que le decía a un agente infiltrado: "Es mejor que el oro".

Una serie de maniobras del equipo de abogados de DeLorean desacreditó al principal testigo, un traficante de drogas convicto que se había convertido en informador del Gobierno. Su principal argumento era una incitación gubernamental. DeLorean fue absuelto de todos los cargos y más tarde evitó una acusación por defraudar a los inversores de su empresa.

"No tuvimos que recurrir a nuestro amplio plan de defensa", escribió posteriormente en sus memorias, de 1985, DeLorean, momento en el cual afirmó que era un cristiano renacido. "Mis enemigos se habían destruido a sí mismos en su esfuerzo por ser mi perdición".

Los casi 40 casos legales derivados de la muerte de DeLorean Motor Co. tardaron años en resolverse. Se declaró en bancarrota en 1999. Más recientemente, DeLorean vendía costosos relojes por Internet bajo el nombre comercial de DeLorean Time.

Su esperanza era comercializar algún día nuevos modelos del deportivo DeLorean, que se convirtió en un objeto de culto tras aparecer como máquina del tiempo en la película Regreso al futuro (1985).

John DeLorean.
John DeLorean.ASSOCIATED PRESS

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