El salto al vacío de Wyoming

La fórmula se ha ensayado hasta el infinito. Y suele funcionar. Entrevistas, humor, actuaciones musicales, un presentador carismático... José Miguel Monzón se subió el pasado 12 de enero con estas armas a La azotea de Wyoming, en TVE, y de allí ha bajado nueve semanas después. También a principios de año estrenó Andreu Buenafuente un formato similar en Antena 3, y mientras Buenafuente le planta cara al hasta ahora líder de las madrugadas, Javier Sardá (Crónicas marcianas, Tele 5), Wyoming salta precipitadamente de la parrilla con una media del 11% de cuota de pantalla.

¿Qué ha fallado? ¿Cómo se explica que se engancharan al programa de estreno 1.384.000 espectadores (20%) y que se quedaran en 489.000 (11,3%) el pasado domingo? Wyoming no titubea: "No hemos sabido conectar", sostiene. El showman también apunta a "cambios en los gustos del espectador". "A mí sí me gustaba" La azotea. El presentador presumía el pasado enero, en la presentación del espacio, de su "alma de medalla de bronce", ante el duelo que se avecinaba entre Sardá, Buenafuente y su propio magacín. Pero los números se han acabado por imponer y ni su salto de los miércoles a la madrugada del domingo -propuesto por la productora, el Grupo Ganga (Cuéntame cómo pasó), y franja en la que se emitió la semana pasada- le han salvado.

RTVE achaca el cierre anticipado de La azotea -en el contrato se firmaron 13 programas- exclusivamente a que "no ha logrado los índices de audiencia esperados". "El producto no funcionaba", reconoce un portavoz de TVE, cadena que apostó por Wyoming como una de las caras de su nueva etapa, tras la llegada hace menos de un año de Carmen Caffarel a la dirección. Sirva como ejemplo la elección de Wyoming como conductor de la gala Contamos todos, con la que Televisión Española presentó en septiembre su parrilla 2004-2005.

El formato de La azotea se apoyaba en un par de entrevistas "con contenido" y una actuación musical por programa. Por allí han pasado desde actores de Hollywood en promoción, como Michael Douglas, Dustin Hoffman o Will Smith, a estrellas locales (Imanol Arias dio paso a Victoria Abril, Belén Rueda, Jorge Sanz, Ana Belén, José Coronado), filósofos (Fernando Savater), músicos (Joaquín Sabina, Rosendo, Luz Casal, Anastacia) o políticos (Gaspar Llamazares) y deportistas (Fonsi Nieto). "Quise meter música en directo, pero la audiencia caía en picado", confiesa Wyoming.

Para desplome, el del pasado 23 de febrero. La azotea se emitía tras un partidazo de Liga de Campeones como el Barcelona-Chelsea, visto por una media de 7.535.000 aficionados. El árbitro pitó el final del partido a las 22.38, hora en la que se congregaban frente al televisor 7.725.000, según un estudio de Corporación Multimedia a partir de datos recogidos por Sofres. A las 22.43 arrancó el show, frente a 1.844.000 seguidores. En cinco minutos habían cambiado de cadena 5.881.000 personas. La azotea ha sido más vista por hombres (el 11,7% de la audiencia masculina lo prefería) que por mujeres (10,3%), mayores de 45 años (12,2%), de clase social alta (14,5%) y de ciudades de más de 500.000 habitantes (12,3%).

Para el presidente del Comité General Intercentros de RTVE, Juan Manuel Hidalgo, la retirada de La azotea debería haberse producido "hace mucho tiempo", cuando "se vio que no cumplía las expectativas". Isabel Ugalde, vocal del Partido Popular en el Consejo de Administración de RTVE, reconocía esta semana a Europa Press la valía profesional de Monzón, para añadir que "si no te reciclas y tus contenidos son más viejos que la tos y tu visión sectaria y partidista, a la gente le produce rechazo".

¿Radical y sectario? "Pues todavía tengo peor opinión de según qué cosas", precisa Wyoming, que habla de "una campaña brutal" de "linchamiento hacia mí". El showman se marcha de momento a descansar, y pronto se embarcará en "bolillos" y proyectos de cine que actualmente estudia.