Aimar desmiente a Ranieri
El argentino completa cuatro partidos seguidos dos años después y deja en evidencia al italiano
Pues sí, Pablo Aimar sí puede completar cuatro partidos seguidos, como acaba de demostrar, en contra de la opinión del que ha sido hasta hace una semana y media su entrenador en el Valencia, Claudio Ranieri, que ni siquiera le dio tres encuentros de margen. Y en contra también de la estadística, pues desde que llegó al Valencia, en enero de 2000, el media punta argentino, de 25 años, ha tenido muy poca continuidad. Ésta es la primera vez que disputa 360 minutos seguidos en dos años. Fue en esa campaña 2002-2003, con Rafa Benítez en el banquillo, cuando alcanzó su récord de encuentros completos: cinco.
Ranieri no le dio nunca más de dos partidos enteros consecutivos. Y lo achacó al escaso peso del argentino: "Pesa sólo 60 kilos", justificó. "No nos vamos a equivocar Héctor Cúper, Benítez y yo", añadió. En efecto, también Cúper, que sólo le confió tres choques seguidos, y en menor medida Benítez mascaron la sospecha de que Aimar no podía encadenar demasiados minutos por una supuesta fragilidad.
"Es muy completo físicamente y resistente", dice el preparador físico del Valencia
Una teoría que desmiente categóricamente el nuevo preparador físico del Valencia, Juan Torrijo. "Aimar es muy completo físicamente y puede aguantar tanto como Baraja o Albelda, que lo disputan todo. Es superveloz, muy resistente y el que más potencia relativa tiene de la plantilla; es decir, el que más rápido mueve su cuerpo en relación con su peso, 67 kilos. Supongo que tiene más potencia relativa que Urzaiz, aunque no tengo los datos del jugador del Athletic. La prueba la tenéis ahí: ha jugado tres partidos en siete días". Y qué partidos: ha marcado dos tantos y ha dado dos pases de gol, ante el Betis, el Sevilla y el Madrid.
Frente a los madridistas, después de una exhibición física y técnica, apuró el encuentro llegando hasta el punto de penalti y cabeceando bombeado un balón que repelió el larguero. Llegó incluso a ganar un sprint a Raúl Bravo, uno de los más rápidos de la Liga. Su estado de ánimo es tan exultante que ha abandonado su idea de dejar Mestalla al final del curso como quería tras el calvario que sufrió con Ranieri. Está como un niño con zapatos nuevos y ya ni siquiera envidia a su gran amigo Riquelme, con quien quedaba a comer en los días de depresión para que le explicara lo bien que juega el Villarreal.
Por supuesto que en el renacimiento de Aimar ha sido fundamental la llegada del nuevo entrenador, Antonio López, el primer técnico en cuatro años que le ha dicho que es un jugador importante y se lo ha demostrado abiertamente, con todos los minutos posibles, además de establecer un sistema de juego más acorde a sus características. Ranieri primaba la potencia en su propuesta de juego. López, en cambio, da prioridad a la resistencia: quiere una presión constante de sus chicos desde el primer minuto hasta el último. Y en eso Aimar no falla.
"Siempre es de los que más corren en cada partido. Y sobre todo en metros de sprint: es el que más hace. Su peso no es ningún problema. Al contrario. Los fondistas pesan muy poco", abunda Torrijo, que sí admite, sin embargo, que por su escasa masa muscular, por su estructura física, el as argentino pueda tener más tendencia a las lesiones que otros compañeros.
Ése es su talón de Aquiles, las lesiones. Una pubalgia le impidió en junio desarrollar una buena pretemporada. Aguantó un dolor intenso tres meses, desde la final de la Copa de la UEFA hasta la Supercopa de Europa que el Valencia ganó al Oporto. Después llegó un tirón en el bíceps y más tarde una patada en la boca de Pablo, el central del Atlético. Total, que ha ido a remolque en su preparación hasta ahora, cuando ha unido la armonía física a la anímica y "está siendo el mejor en resistencia y velocidad", según concluye Torrijo.
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