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Crónica:FÚTBOL | 27ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Acto de fe del Athletic

Guerrero marca su gol número 100 y el Albacete paga su miedo

Se habían encendido las alarmas en Bilbao. La eliminación europea contra el Austria de Viena, la derrota en Málaga y, sobre todo, el anuncio de Valverde de que no seguirá la próxima temporada en el club rojiblanco habían partido en dos al club, a un lado y otro de la frontera de la ilusión creada, artificialmente, por los dirigentes de la entidad. Como siempre, quedaba la duda de la afectación psicológica del equipo, un plantel que demuestra tanta actitud como sometimiento a los vaivenes de la entidad.

La prueba fue total. Cuando, en el minuto 12, Rubén, un futbolista (cedido por el Deportivo), por encima del nivel de su equipo, adelantó a su equipo con un toque inteligente, el Athletic se tiró en el diván y se puso a pensar qué pasaba a su alrededor: perdía ante un equipo ultradefensivo (el 5-4-1 era toda una invitación a la resistencia estoica), el público le había abandonado y las turbulencias del club amenazaban con sobrepasar los límites de su juego.

ATHLETIC 3 - ALBACETE 1

Athletic: Aranzubia; Javi González, Prieto, Lacruz, Casas (Guerrero, m.45); Iraola, Gurpegui, Orbaiz, Ezquerro; Etxeberria (Solabarrieta, m. 83) y Urzaiz (Llorente, m. 61).

Albacete: Valbuena; Pablo (Mikel, m. 75), Gaspar, Santi (Montiel, m. 63), Mingo, Peña; Redondo, Pacheco, Viaud, David Sánchez (Mark González, m. 53); y Rubén.

Goles: 0-1. M. 12. Contragolpe del Albacete que acaba en los pies de Peña que centra desde la izquierda y Rubén marca con un suave toque. 1-1. M. 40. Falta que saca Iraola, cabecea Lacruz y Ezquerro empalma a la red. 2-1. M. 70. Saque de esquina de Iraola y Lacruz empuja en el segundo palo. 3-1. M. 93. Guerrero, de falta directa desde fuera del área.

Árbitro: Rubinos Pérez. Amonestó a Gaspar, Peña, Redondo, Viaud, Javi González, Mingo, Gurpegui y Lacruz.

Unos 30.000 espectadores en San Mamés.

El Albacete, aseadito, se manejaba con alguna soltura y el Athletic amenazaba con un ritual de acciones previsibles. Los rojiblancos son un equipo con más fe que gasolina. Les falta combustible en el cuerpo y en la generación de ideas. Su destino, ayer, hubiera sido complicado si el Albacete no hubiera acudido en su ayuda, acuciado por la necesidad y por un botín que quizás no esperaba,-al menos tan madrugador- y se encajonara en su área proponiendo al Athletic un cuerpo a cuerpo en el que nunca se arruga.

A falta de físico, el Athletic encontró a Ezquerro, un jugador capaz de imaginar lo imprevisible, que amargó la vida a Pablo, marcó un gol anulado con polémica por Rubinos Pérez, logró el empate y rompió al Albacete cuando más asustado estaba.

Curiosamente los dos primeros goles del Athletic tuvieron idénticos protagonistas, aunque en distintos papeles. Los centros los puso Iraola, uno lo tocó Lacruz para que empujar Ezquerro y otro lo empujó Lacruz libre de marca. Tanta obsesión por Urzaiz la pagó el Albacete, al olvidarse del central navarro, un futbolista con un salto prodigioso que siempre sorprende al segundo palo. Algo faltó en el vídeo de Monteagudo, el técnico del Albacete.

Todo ocurrió con un margen de sufrimiento habitual en un equipo como el Athletic que defiende con un alboroto natural que invita a la incertidumbre. Y en eso estaba el Albacete, dominando el juego y rematando sin fortuna, cuando el destino le otorgó a Guerrero otro minuto de gloria. En la prolongación, lanzó una falta desde fuera del área, la puso en la escuadra, se quitó la camiseta y lució el número 100, los goles que ha logrado en el Athletic. Todo un auto de fe.

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