Desastre consumado

Los malos presagios se confirmaron ayer cuando Albert Costa y Rafael Nadal fueron derrotados por los eslovacos Karol Beck y Michal Mertinak en el dobles. Cayeron en tres mangas tras realizar un buen partido y disponer de cuatro bolas de set en la última. Sin embargo, su derrota acabó con las aspiraciones españolas de revalidar el título conseguido en Sevilla en 2004 y precipitó al equipo a competir en septiembre por la permanencia en el grupo mundial de la Copa Davis de tenis. "Contentos no estamos", confesó Jordi Arrese, que actuó de capitán español; "pero la vida es así. Fuera, te ponen un cúmulo de dificultades, como esta pista que no hemos sabido superar".

Fue un resumen para un traspié inesperado que vuelve a despertar los viejos fantasmas. "Estoy seguro de que de diez veces les ganamos muchas", comentó Costa, el más veterano del equipo; "creo que con los jugadores [que tenemos] podemos ganar en canchas rápidas. Pero... hemos perdido. No hay más. No hay que buscar otras explicaciones porque no las hay". No obstante, el planteamiento de la eliminatoria deja muchos lados oscuros.

¿Prepotencia? Tal vez. El error principal fue no valorar en su justa medida a los rivales

Todo comenzó mal porque, a un mes del enfrentamiento con Eslovaquia, aún no se había confirmado la continuidad del G-3, el grupo de tres capitanes. Las elecciones a la presidencia federativa y la llegada de Pedro Muñoz lo retrasaron todo. Cuando llegó la decisión de apartar a Josep Perlas de la capitanía y dejar solos a Juan Bautista Avendaño y Arrese, el G-2, no quedaba casi tiempo para la nominación del equipo. Ésa tampoco fue una tarea fácil. Los mejores se habían autodescartado. Del equipo de Sevilla sólo estaba Nadal (31º tenista del mundo). Juan Carlos Ferrero adujo que no tenía la moral ni la forma necesarias para jugar y se escudó en su mala clasificación (97º). Carlos Moyà (6º) había anunciado en enero que se tomaba un año sabático. Y Tommy Robredo (13º) prefirió ver su estado de forma, tras recuperarse de una lesión en un hombro, en Dubai. Así que el G-2 tiró de ránking y seleccionó a los dos siguientes, Feliciano López (21º) y Fernando Verdasco (37º), y rehabilitó a Costa, con el que estaba en deuda, para el dúo con Nadal.

No era el mejor cuarteto. Pero tanto Arrese como Avendaño proclamaron que era el mejor para ellos porque tenían en la mente la experiencia de Brno, ante la República Checa, donde López y Nadal fueron los héroes. Así que lo de Bratislava era un reto no sólo para los jugadores, sino también para el G-2 porque disponían de otra oportunidad para demostrar que no hacían falta los grandes para ganar fuera y en pista rápida. ¿Se pecó de prepotencia? Tal vez. Pero no había otra opción. Probablemente, el error principal fue no valorar en su justa medida el potencial de los rivales. Dominik Hrbaty (29º) y Beck (43º) están haciendo una gran temporada.

Ese error pudo inducir al G-2 a creer que el saque de López y el de Verdasco bastarían para afrontar el primer día pese a la exigencia de una cancha ilegal. "A Nadal le faltan dos días de adaptación", dijeron. Y no pareció que se cuestionaran una hipotética derrota del toledano ante Beck como ocurrió. Verdasco demostró ante Hrbaty que puede ser un gran jugador de la Copa Davis, pero acusó la presión en los momentos clave, algo que a Nadal no le habría pasado. El manacorí llegó tarde y tal vez habría debido sacrificar el torneo mexicano de Acapulco, que ganó. Pero su experiencia y su capacidad competitiva habrían pesado y condicionado el juego de Hrbaty.

La derrota de ayer en el doble cayó como una losa porque hubo momentos en los que pareció que Nadal y Costa podrían cambiar el curso de la eliminatoria. Sólo concedieron dos bolas de rotura y una de ellas les costó la segunda manga. Y dispusieron de tres, dos fueron set-balls, y de dos bolas de set más en el desempate de la tercera manga. Pero perdieron. "Llegué un día tarde, pero me sentía bien, al ciento por ciento, para jugar ya el viernes", comentó Nadal; "ahora hay que aceptar la derrota y mentalizarnos para eludir el descenso de categoría. No podemos caer a las fases zonales porque somos un gran equipo. Pero evitarlo no será fácil".