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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Pappo, guitarrista de 'blues' y rock

Diego A. Manrique

Norberto Aníbal Pappo Napolitano, respetado guitarrista argentino de blues y rock, falleció el 25 de febrero, cerca de la localidad bonaerense de Luján. Aficionado a las Harley Davidson, sus queridos fierros, Pappo había interrumpido sus vacaciones para recoger en Buenos Aires una moto que regalaba a su hijo. Por la noche, viajaba de vuelta en su Harley cuando cayó y fue arrollado por un coche. Su hijo y su nuera, que le seguían en la nueva moto, nada pudieron hacer por él: murió al instante.

El accidente, tan apto para la mitificación, saltó inmediatamente a las portadas de La Nación, Clarín y Página 12. Acompañado por una multitud, sus restos fueron depositados en el panteón que la sociedad de autores argentina tiene en el cementerio de La Chacarita.

Pappo, nacido en el barrio porteño de La Paternal el 10 de marzo de 1950, fue uno de aquellos músicos de todo el mundo cuya vida cambió tras descubrir, vía los discos que llegaban desde Londres, el blues urbano y eléctrico. A partir de ese momento, todas sus energías se concentraron en tocar esa música, no siempre aceptada por el público nacional.

Es leyenda que abandonó su país a mediados de los años setenta, tras ser abucheado en un concierto al aire libre.

Para entonces, Pappo había dejado su marca en discos de Los Gatos, Los Abuelos de la Nada, Conexión Número 5, La Pesada del Rock and Roll y Manal, aunque su proyecto personal era Pappo's Blues.

Adónde está la libertad, una canción suya de 1971, creó polémica y fue himno de la contracultura local. Pappo pasó por Brasil, entonces primera parada para el exilio argentino, donde formó Aeroblus.

En Londres tocó con Peter Green y con el grupo que terminaría siendo Motörhead. También estuvo en Madrid en 1978, cuando empezaba a despuntar el rock urbano que editaba el sello Chapa.

Terminó en Estados Unidos, donde su fervor bluesero le llevaría a tocar con B. B. King. Aunque tuvo sus problemas con las autoridades estadounidenses, Pappo acudiría con regularidad a beber en las fuentes de su música. Allí hizo buenas relaciones: su disco Caso cerrado incluyó colaboraciones de John Lee Hooker y la sección rítmica integrada por Tim Bogert y Carmine Ápice.

De vuelta a Argentina, puso su digitación al servicio de Riff, un popular proyecto heavy. Su carrera posterior osciló entre grupos que buscaban hacerse un hueco internacional como Widow Makers y su amado Pappo's Blues.

En tiempos recientes, alejado de diversas adicciones, repartía su energía entre las guitarras Gibson y el mundo del motor: tenía un taller donde preparaba coches de competición. Su último trabajo fue Buscando un amor, cuya portada le muestra como un ángel tocando ante ilustres difuntos como Jimi Hendrix o Muddy Waters.

Hombre humilde y de expresión franca, Carpo -así le llamaban sus íntimos- era querido en el mundillo del rock. Armó ruido por sus broncas con Charly García pero otros, como Andrés Calamaro, recordaban su predisposición para tocar o echar una mano en momentos duros.

Su última visita a España fue en 2003, cuando tocó en el festival Viña Rock y en varias ciudades. En Madrid, el locutor Vicente Romero y otros amigos le preparan un homenaje el 10 de marzo, fecha en que hubiera cumplido 55 años, en la sala Ritmo y Compás, tocará la banda de Javier Vargas como respaldo de El Mono Burgos y otros pappistas.-

Pappo.
Pappo.REUTERS

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