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La gran regeneración del litoral de Badalona avanza entre el debate vecinal

Los pisos de lujo del frente marítimo carecen, de momento, de iluminación viaria

La ambiciosa reforma del litoral que afronta la ciudad de Badalona (Barcelonès) no sólo prevé la construcción de un puerto, sino que transforma 1,5 kilómetros de costa y reorganiza una trama urbana degradada. La regeneración de la zona sur de Badalona permite ofertar 4.000 viviendas nuevas, así como la creación de un sistema viario, nuevas infraestructuras y equipamientos, y la creación de un paseo marítimo que conectará con el área del Fórum. Las primeras ofertas de pisos de lujo en primera línea de mar choca con una falta de infraestructuras.

El espacio comprendido entre la fábrica Anís del Mono y las chimeneas de Fecsa, antes ocupada por fábricas, ahora se convierte en una zona residencial de lujo, que ha comenzado a acoger pisos de alto nivel, con vistas al mar y piscina comunitaria. Se trata de edificios, de hasta 12 plantas, situados en la primera línea de mar y que desde hace dos años transforman la fachada marítima de la ciudad.

De momento los vecinos deben convivir con las obras del puerto y se encuentran con una realidad muy concreta: no hay ningún servicio ni tiendas en la zona, ni iluminación. Para llegar al barrio del Progrés, deben cruzar la vía del tren o bien caminar hasta un paso subterráneo situado en la calle de Sant Ignasi de Loiola.

El 20 de diciembre de 2004, los vecinos redactaron un informe, que acompañaron con fotografías de la zona, en el que se especificaban los problemas a los que se enfrentan diariamente quienes ocupan los pisos de primer nivel. "Somos conscientes de que por un tiempo tendremos que convivir con las obras, y que careceremos de comercios y de un paseo marítimo hasta que finalice todo el proceso. Pero exigimos un mínimo de iluminación", dice una de las vocales de las primeras comunidades vecinales del sector, Encarna Marés, quien añade indignada: "Nos han vendido una zona de lujo, y no pueden entregarla como está".

Los vecinos aseguran que se sienten inseguros, en especial por las noches, porque la iluminación pública es insuficiente. Marés describe como odisea acciones tan rutinarias como acceder con el carro de la compra hasta su casa. Además es imprescindible el uso de linternas -"a partir de las seis de la tarde ya no se ve nada", subraya-. Por su parte, el concejal socialista de servicios al territorio de Badalona, Francesc López-Guardiola, advierte que la zona está en obras y que los vecinos ya conocían las condiciones con las que entraban a vivir. "Seguramente en 2006 todo este sector esté normalizado; inevitablemente, la convivencia entre obra y residencia genera algunas dificultades", asegura.

El consistorio cuenta con el apoyo de los grupos de la oposición, el PP y CiU, para llevar adelante este proyecto. Xavier García-Albiol, presidente municipal del PP, sostiene que el desarrollo urbanístico y la evolución de la zona han significado un hecho "cualitativo importante, ya que donde antes había fábricas, ahora hay pisos de cierto nivel. Esto ayuda a dignificar el litoral y también la ciudad". García-Albiol critica la falta de planificación en un espacio donde se ubicarán miles de familias.

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El presidente del grupo municipal de CiU, Ferran Falcó, considera que la gran infraestructura del puerto contribuirá a dar una respuesta comercial. En cuanto al nuevo entramado urbanístico que se dibuja en la zona, Falcó manifiesta una "satisfacción relativa" por la excesiva densidad poblacional que se acumulará en un mismo sector. Además, critica el retraso que lleva el proyecto del puerto, "hace 35 años que se habla del puerto y aún no lo tenemos en las manos", y añade: "La nueva planificación de alto nivel es una fuente de especulación". La concejal de Medio Ambiente, la ecosocialista Muntsa Niso, socia del gobierno municipal, asegura que los edificios "son excesivamente altos y el Ayuntamiento debería haber sido más exigente" con las promotoras. Niso también critica otros elementos, como la falta de calidad en la urbanización de este sector. ERC en Badalona, también socia del gobierno local, se muestra reticente ante este proyecto urbanístico. El portavoz del grupo republicano, Mateu Chalmeta, mantiene que las nuevas edificaciones son un "atentado, una barrera más impuesta en primera línea de mar". Chalmeta reconoce que este proyecto ha tenido unas consecuencias positivas como la revalorización del barrio del Gorg, muy degradado por la paralización de las actividades de industrias propias del siglo XIX.

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