¿Vuelven las fusiones?
Tras tres años consecutivos de expansión económica global, la recuperación de los flujos internacionales de capital ligados a actividades de fusiones y adquisiciones (M&A) está siendo muy modesta. Típicamente, la actividad de M&A es el canal utilizado por las economías desarrolladas para invertir en el exterior, a diferencia de la inversión Greenfield o en nuevas plantas en los que se suelen concentrar las inversiones en economías emergentes. El interés que suscita una posible recuperación de este tipo de flujos es manifiesto, dadas las implicaciones que puede tener en la evolución de las principales variables financieras, incluidos los tipos de cambios.
Tras el boom de finales de los noventa, en los que la actividad de M&A impulsó la recuperación de los flujos de Inversión Extranjera Directa hasta cifras récord, los últimos años se han caracterizado por unos niveles que apenas representan la mitad de los observados en 2000. Las primeras señales positivas no se han producido hasta 2004, en que los flujos de M&A a nivel global crecieron casi un 6%. Europa del Este, América Latina y el Caribe, el Reino Unido, Japón y la UEM fueron las regiones que registraron entradas netas de flujos. EE UU lideró las salida, seguida de lejos por el resto de Asia. Banca, telecomunicación e inmobiliario fueron los sectores más atractivos.
"El repunte de la actividad de M&A a nivel doméstico apunta a una reactivación de este tipo de actividad a nivel internacional"
¿Cuáles son las perspectivas para 2005? Este año el contexto internacional vendrá marcado por el previsible endurecimiento de las condiciones monetarias, la desaceleración de la actividad y de los beneficios empresariales. No es a priori el mejor contexto para dar soporte a un repunte de M&A, pero, ciertamente, hay factores que permiten apostar por su recuperación. Uno de ellos es la buena posición de muchas empresas para acometer fusiones, dado el saneamiento de los balances que se ha producido en Europa y EE UU. Adicionalmente, la creciente dependencia de las empresas matrices respecto de las subsidiarias en el extranjero apunta en este sentido. Por último, el repunte que está experimentando este tipo de actividad a nivel doméstico, como es el caso de las fusiones anunciadas en telecomunicaciones en EE UU, debería terminar trasladándose a escala internacional.
Los primeros datos de 2005 arrojan cifras alentadoras. Telecomunicaciones y farmacia están siendo especialmente activos. Y las economías emergentes están situadas entre los principales receptores.
S. Castillo es economista del Servicio de Estudios de BBVA
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