Descansos galácticos

Desde la llegada de Vanderlei Luxemburgo, el Madrid ha jugado 10 partidos con 10 alineaciones diferentes. Dos en la Copa y ocho en la Liga. El de ayer, contra el Athletic, fue interpretado por el técnico como un trámite previo. Una jornada de transición a la espera de la gran velada del martes contra el Juventus. Ayer lo importante fue reagrupar a las estrellas, refrescarlas para la gran hora. La consecuencia fue que Ronaldo, Zidane y Raúl se quedaron en el banquillo de entrada. Roberto Carlos ni eso: en la grada.

Otra consecuencia de la administración de personal de Luxemburgo pudo ser el 0-1 de Tiko en ese bombazo del primer tiempo que el árbitro no vio entrar en la caja de la portería. ¿Quién sabe? El partido siguió 0-0 y el gol se quedó en fantasma. Al terminar el primer tiempo, el Madrid seguía empatando a fuerza de convertir su centro del campo en un lugar de brega. El número de faltas al descanso fue de 13 del Madrid y dos del Athletic. La diferencia habló claro de la clase de trabajo que debió hacer el Madrid para poder aguantar un empate, luego roto.

El entrenador del Madrid no ha parado de remover la plantilla desde que llegó. Si de algo ha servido la incorporación de Owen, Samuel y Gravesen esta temporada ha sido para instalar la competición interna en un equipo que hasta hace unos meses se aburría de sí mismo. Luxemburgo, de paso, aprovechó para centrar la atención en el partido del martes en un torneo en el que debuta. Su emoción ante la fecha no es poca. Y su preocupación, tampoco.

En Brasil, si alguna espina le quedó clavada al técnico, fue la de no haber podido hacer nunca nada importante en torneos como la Copa Libertadores, el equivalente suramericano a la Liga de Campeones.