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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

El déficit del hospital de Sant Pau

Hace seis años que me jubilé como director del servicio de farmacia del hospital de Sant Pau tras 32 años de servicio. El 7 de febrero, EL PAÍS publicó la noticia del déficit "insostenible" que sufre el centro y la necesidad de reducir gastos renegociando con proveedores y reduciendo los gastos en fármacos.

Quiero decir que el déficit generado en Sant Pau se debe fundamentalmente a que es un hospital concertado con la Administración sanitaria y que ha sido siempre insuficientemente financiado a través de los convenios con el SCS, cuya cuantía nunca ha cubierto los costes reales del centro.

Otros hospitales, como el Clínico, cuyos importantes déficit también se publicaron en la prensa, en una cuantía proporcionalmente comparable a la del déficit de Sant Pau, gozan de otras fuentes de financiación para mitigarlos.

Seguramente se pueden emprender acciones para tratar de reducir este desequilibrio en lo posible, pero pensar que se puede reducir el coste de los medicamentos para solventar el tema me parece ingenuo. Los programas y las actividades implantados desde 1967 -año en que me nombraron responsable del servicio de farmacia del hospital-, entre los que se incluyen el primer formulario de España con los fármacos autorizados para uso hospitalario, el primer centro de información de medicamentos y la implantación de programas de distribución racional de medicamentos en el hospital, no sólo se están manteniendo después de mi jubilación, sino que se han mejorado a pesar de haberse reducido la plantilla.

El servicio de farmacia de Sant Pau continúa siendo uno de los servicios de referencia no sólo de Cataluña, sino también de Europa. Lo único que no ha podido llevar a cabo la farmacia del hospital de Sant Pau es el milagro de hacer que los pacientes se curen sin darles los medicamentos que necesitan.

Soy consciente de que el actual Gobierno de la Generalitat ha heredado una patata caliente difícil de controlar, que es la financiación de la sanidad, pero si hay que buscar responsabilidades en esta cuestión, no es justo en absoluto que se adjudiquen al hospital de Sant Pau y a sus trabajadores.

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