Sanus propone que la Iglesia renuncie a la aportación económica estatal

"¿Qué pasaría, por ejemplo, si la Iglesia renunciara a la ayuda económica que recibe del Estado? Nada. Que estaría más cerca de la primera bienaventuranza (dichosos los pobres...) y que ganaría en libertad", se preguntó y respondió ayer el obispo dimisionario de Valencia Rafael Sanus en el Club Encuentro Manuel Broseta, donde impartió la conferencia La iglesia en una estado aconfesional. Así, se evitarían "las voces por parte de miembros del Gobierno y de otros grupos políticos que suenan a chantaje puro y duro". "La iglesia puede encontrarse ante la humillante realidad de que el Gobierno desoiga su voz en las cuestiones de carácter moral o religioso pero atienda su demanda económica. Sería como decir que a la Iglesia se le tapa la boca con dinero".

Sanus abogó por un cambio de lenguaje a la Iglesia. "No podemos dirigirnos a los católicos españoles, y menos aún a los no católicos, como si todos fueran del Opus Dei". Lenguaje cercano y sencillo frente a la "arrogancia y seguridad" con la que hablan "algunos obispos". Recordando el Concilio Vaticano II y su asunción de que la dignidad del hombre se apoya en la libertad, Sanus comentó, sin embargo, que la Iglesia sigue teniendo miedo a la libertad y que la Ilustración "sigue siendo su asignatura pendiente".