El Numancia se hunde

El Numancia comenzó ayer a hundirse de manera definitiva después de perder frente a un rival directo, el Málaga, en un partido cuyo destino quedó señalado tras la expulsión de Tevenet, y no solo por tener que apañarse con 10 jugadores durante casi una hora, sino también porque Tevenet es la única referencia que tiene el cuadro de Máximo Hernández, el único futbolista que echa el cuero al suelo y lo reparte con sentido. El Málaga esperó atrás y tras la expulsión, organizado en torno a Romero, terminó por cazar tres puntos que le colocan más cerca de la salvación.

El Numancia se apoderó del balón desde el inicio y comenzó a rondar la portería de Arnau, aunque solo por la vía de la banda izquierda. El partido circulaba en una única dirección y el Málaga se sentía acorralado. Pero la expulsión de Tevenet modificó el escenario. Romero se enganchó al balón y nada más volvió a saberse del Numancia, a la espera de que desde el banquillo Hernández recolocase a su gente para encontrar la consistencia perdida.

Sin embargo el Málaga, dominador claro, no supo cómo llegar hasta la portería de Juanma hasta que Baiano se internó en el área, disparo cruzado y el rechace del portero lo envió a la red Juan Rodríguez. El golpe no sirvió para que los andaluces controlasen la situación porque el segundo tiempo se convirtió en lo que el Numancia quiso que fuese, una sucesión de pelotazos alocados para dos delanteros muy altos, que no acertaron ni siquiera a rematar una sola vez a la portería contraria.