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OPINIÓN DEL LECTOR
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Hormigón para el olvido, el Riu Sec

El proyecto del cubrimiento del Riu Sec es ya un hecho. En él fueron fusiladas más de novecientas personas por el franquismo. Desde el año 1938 al 1944 cada sábado eran sacadas de la prisión de Castellón y asesinadas por sus ideas.

El poeta Juan Gelman dice que lo contrario del olvido no es la memoria sino la verdad. Vivimos con una sola tradición política, no es Azaña ni la monarquía, ni nada que no sea el franquismo y la guerra civil. Los que heredaron la rebelión contra la República y reivindican a los que ganaron la guerra, no tienen nada que condenar ni arrepentirse. Por eso en este país donde ocurrieron cosas horribles nadie ha pedido perdón por nada.

Como consecuencia de todo ello se producen hechos que no son propios de las democracias tales como la sustracción de la placa en recuerdo a los brigadistas internacionales, cuando en otros países de la Europa democrática han sido homenajeados. También ahora ante los sesenta años de liberación del campo de Auschwitz aquí en Castellón se sigue considerando hijo predilecto de la ciudad y alcalde perpetuo a Ramón Serrano Suñer a pesar de su responsabilidad histórica en el destino de miles de republicanos españoles en los campos de exterminio del nazismo.

Se escriben titulares ofensivos, se siembra la duda, hasta se insulta, como si se deseara que las cosas vayan mal. Se producen actuaciones como la de la Conferencia Episcopal repartiendo folletos en determinados ámbitos e intentando obligar a todo el mundo a ser católicos; ésta cizaña pone en evidencia una fractura nacional con un intento de imposición de un proyecto nacionalcatólico integrista.

No es sorprendente por tanto que ante el cubrimiento del Riu Sec ninguna institución haya tomado la más mínima iniciativa de erigir en éste lugar un recuerdo a tantas víctimas. Es llegado ya el momento de darle a la sociedad una cultura y una tradición democrática creando una cultura de la paz y el diálogo. El pasado reprimido y condenado al olvido se convierte con el tiempo en una herida siempre abierta, si no fuera así no se producirían los hechos mencionados.

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