FRANCIA. Se acortan los trámites
EL NÚMERO de extranjeros viviendo legalmente en Francia se cifra en 3,2 millones, y cada año, desde 1997, llegan al país de manera regular de 100.000 a 150.000 nuevos inmigrantes. El número de ilegales, según estimaciones del Ministerio de Interior, está entre 150.000 y 200.000 inmigrantes nuevos cada año, de los cuales, como mínimo 30.000, se quedan en Francia definitivamente y engrosan un ejército de clandestinos que se cree agrupa entre 350.000 y 400.000. En 2004 obtuvieron la regularización de su residencia, hasta entonces ilegal, 23.000. Francia no acepta las regularizaciones en masa desde 1997, cuando de 143.000 demandas aceptó poco más de 70.000. Los sucesivos Gobiernos defienden una política de caso por caso. Para que eso sea posible, los organismos que se ocupan de estudiar las demandas de asilo, nacionalidad o residencia han tenido que comprometerse a dar su respuesta con claridad: hace tres años podían tardar más de un año en resolver una demanda; en la actualidad, tres meses, y antes de que acabe 2005 se han comprometido a facilitarla en un mes.
Las vías para regularizar la residencia de las personas que no pertenecen a la UE son las siguientes: el matrimonio con una francesa, el nacimiento de un hijo en territorio francés o si el extranjero puede demostrar que lleva viviendo en Francia un mínimo de 10 años. En esos tres casos, el Estado se compromete a conceder la nacionalidad francesa a quien lo solicite. Una tercera parte de los extranjeros que se instalan en Francia proceden de Europa, otro tercio de África, un 15% de Asia y el resto viene de América y Oceanía. El número de extranjeros expulsados cada año por residencia ilegal, y en muchos casos por haber delinquido, es de unas 10.000 personas, un promedio constante entre 1994 y 2004. Los extranjeros a los que se les ha denegado el permiso de entrada en suelo francés superan los 60.000, y entre ellos los más numerosos proceden de la ex Yugoslavia, seguidos de turcos, marroquíes y argelinos. La comunidad extranjera legal más numerosa es la argelina (550.000), seguida de la marroquí (500.000) y la turca (200.000), y, a distancia considerable, por países del África negra, como Malí, Senegal o Camerún (unos 40.000 por cada país); los procedentes de Extremo Oriente aportan unas 60.000 personas, y hay unos 40.000 chinos.
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