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LA CRISIS DEL CARMEL

La proliferación de plataformas de afectados evidencia la división de los vecinos del Carmel

Los desalojados constituyen hasta siete agrupaciones distintas para defender sus intereses

Clara Blanchar

La existencia de hasta siete agrupaciones distintas de afectados por el hundimiento de las obras del metro está constatando la división entre los vecinos del barrio del Carmel. Esta desunión se advirtió como nunca durante la tarde de ayer: mientras unos 200 afectados se manifestaban desde la plaza de Sant Jaume hasta el Carmel convocados por la asamblea de jóvenes de Horta-Guinardó, otro centenar se reunían en la Asociación de Vecinos, un encuentro que acabó con la mitad de los asistentes desvinculándose de la asociación y celebrando otra reunión en la calle.

La cantidad de vecinos afectados, 1.057 personas con circunstancias que van desde el simple desalojo hasta la pérdida de la vivienda o de ingresos en sus negocios; el hecho de que se alojen dispersos en una decena de hoteles y domicilios de familiares, y el cansancio y la tensión que ocasionan tres semanas de incertidumbre sobre el futuro, están en el origen de la división.

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Al inicio de la grave crisis por la que atraviesa el Carmel, el barrio contaba con dos agrupaciones: la Asociación de Vecinos y la Asociación de Comerciantes Carmel Centre. Oficialmente, son estas dos entidades las que actúan como interlocutoras con las administraciones públicas en la gestión de la crisis y la búsqueda de soluciones y compensaciones.

Pero el primer signo de la desunión se produjo el pasado sábado, cuando 2.000 vecinos se manifestaron en el barrio convocados por la Asamblea de Jóvenes de Horta-Guinardó, una entidad que organizó la protesta al margen de la Asociación de Vecinos, cuyos dirigentes se sintieron engañados por ello.

Pese a la propuesta de la misma Asociación de Vecinos de organizar a los afectados a través de portavoces de los 88 edificios desalojados, durante la semana que hoy finaliza se han constituido nuevas plataformas. Son la Asociación de Afectados Línea 5 -que capitanea una abogada del barrio y es visible en las solapas de los vecinos que lucen una llamativa pegatina con el lema Yo soy afectado-, la Asociación Damnificados del Barrio del Carmel -surgida de un grupo de comerciantes-, y la plataforma de representantes de escaleras afectadas que se constituyó ayer mismo a las puertas de la sede de la asociación de vecinos.

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La reunión -en la que apareció una pegatina que contraataca con el texto Unidad de todos los afectados- se celebró en medio de una gran tensión. Desde el público, los asistentes reprocharon a los dirigentes la falta de concreción en sus explicaciones. "Nos están diciendo lo mismo que está publicando la prensa y lo que queremos son soluciones", criticaban. El encuentro estalló cuando desde la mesa un dirigente visiblemente nervioso espetó: "El que crea que la asociación le puede solucionar el problema va apañado". La frase provocó la salida de la mitad de los 70 asistentes, los mismos, que indignados, crearon la nueva plataforma en la calle.

A estas cinco agrupaciones cabe sumar las familias del edificio derribado -el número 10 del pasaje de Calafell- y las de las fincas que están pendientes de derruir, el 6 de Conca de Tremp y el 6 y el 8 del pasaje de Calafell. Estos dos colectivos defienden ya sus intereses a través de abogados

Por otra parte, desde ayer circula por los móviles de los barceloneses el mensaje "ven a comprar al Carmel. Pásalo", una iniciativa que ha surgido espontáneamente, aseguran los comerciantes. Ayer el alcalde Joan Clos y su esposa fueron fieles a la consigna y realizaronla compra semanal en el mercado.

Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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