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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Tatiana Bek, poetisa rusa

La poetisa Tatiana Bek falleció súbitamente en Moscú a los 55 años de edad. Las circunstancias de su muerte son confusas: mientras la prestigiosa Radio Eco de Moscú decía que Bek podría haberse suicidado, fuentes de Literatúrnaya Gazeta, semanario en el que la poetisa colaboraba, afirmaron que había muerto a consecuencia de un infarto, y otros aseguran que su muerte era producto de un "accidente".

"El nervio principal de su poesía son los tormentos del alma cautiva, sus lágrimas que no le dejan ver el mundo", ha escrito el crítico Lev Ánninski sobre Tatiana Bek. "A veces parece que el alma lucha contra la materia: el alma quiere huir, pero la materia no se lo permite. Ello explica el apenas sensible tremor de su entonación en los ritmos de acero del verso. Y las lágrimas sin razón, reemplazadas por una súbita risa. Y el absurdo en el marco de la lógica"..., comenta Ánninski.

Tatiana Bek había nacido en Moscú el 21 de abril de 1949, en una familia estrechamente relacionada con la literatura rusa. Su padre, Alexandr Bek, fue autor de famosas novelas sobre la Segunda Guerra Mundial -durante la que fue corresponsal-, entre las que destaca La carretera de Volokolamsk. Su madre, Natalia Loiko, estudió Arquitectura, pero adquirió fama como autora de libros para niños. Tatiana se licenció en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Moscú en 1972, el mismo año que murió su padre. Trabajó como bibliotecaria, redactora y consultora literaria. Profesora desde 1990 del Instituto de Literatura Gorki, es autora de antologías y de numerosos artículos sobre la poesía rusa del siglo XX.

Su propia obra fue premiada en varias ocasiones y ha sido traducida al alemán, inglés, italiano y otros idiomas. El último de los 10 libros de poesía publicados en vida se llamaba Adiós, alfabeto, título que hoy es considerado premonitorio por sus colegas.

Los que afirman que Tatiana Bek se suicidó creen que la razón hay que buscarla en el acoso a que estaba siendo sometida después de que publicara una carta abierta de censura a los poetas que escribieron un panegírico al dictador turkmeno Saparmurat Niyázov.

Victoria Shójina, vicedirectora del periódico Nezavízimaya Gazeta y crítica literaria, cuenta que la gota que colmó el vaso de la angustia de Tatiana Bek fueron las "falsas e infames palabras de un anónimo publicadas en un respetado periódico" -en referencia a Literatúrnaya Gazeta- que decían que "una poetisa había utilizada" el nombre de un "poeta, su influencia y amistad para sus propios fines". "Tania me preguntó: Si muero, ¿sentirán al menos vergüenza? Le respondí: No, eso es algo que no conocen. Pero ella no me creyó... Y yo no creí que ella fuera a morir"...

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