"Es un código de tolerancia cero", sentencia Lissavetzky

El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, resumió ayer el espíritu de las 59 medidas que componen el Plan Antidopaje definiéndolo como de "tolerancia cero". Desde el CSD se insistió en que es la primera vez que un Consejo de Ministros trata los asuntos del dopaje de manera "específica" y dándoles "muchísima importancia".

El presidente de la Comisión Nacional Antidopaje, Rafael Blanco, también quiso recalcar el "apoyo enorme del Gobierno" al plan, al que calificó de "muy exhaustivo". "El paquete de medidas intenta dejar la menor cantidad de flecos sueltos", resaltó Blanco, que reconoció, eso sí, que el texto deberá pasar "una fase de discusión y debate hasta su fijación definitiva". Los primeros ejemplares con el proyecto ya circularon ayer por correo en dirección a los distintos colectivos -escuelas, federaciones, deportistas- para fomentar su discusión y dar pie al debate. Un debate que podría modificar y "enriquecer" el texto original y cuyo objetivo es crear "el mayor consenso posible en torno al texto".

El plan, cuyos puntos están divididos en "prevención, control y represión" entrará en vigor "lo más pronto posible", aunque algunos de sus puntos deben ser aprobados en trámite parlamentario. "Queremos que empiece a funcionar lo antes posible, no debe pasar un periodo de tiempo muy largo, porque nos sitúa a la cabeza de los países desarrollados en la lucha contra el dopaje", recalcó Lissavetsky, que calificó el proyecto de "marco regulador único, claro y contundente". Hasta la fecha, el dopaje quedaba regulado por algunos de los artículos de la ley del deporte.

Cerar "agujeros"

En opinión de los miembros del Consejo, el borrador cierra una serie "de agujeros" legales en torno al consumo de sustancias prohibidas. Hasta el momento, éste podía considerarse por un juez, de manera discrecional, como "delito contra la salud pública", pero no existía una figura específica para perseguirlo.

Desde el CSD, de todos modos, se apuesta por cercar "al entorno del deportista, sin criminalizar a éste". El argumento esgrimido es que las sanciones administrativas a los competidores equivalen a "una muerte deportiva" y que esto supone un castigo suficiente. Blanco también puso el acento en que el plan requiere un "alto nivel de coordinación entre los ministerios". Así, tendrán que implicarse el de Sanidad, a través de la Agencia del Medicamento, el de Interior, para la creación del nuevo cuerpo policial específico y las distintas comunidades autónomas.

El Plan Nacional Antidopaje, según Lissavetzky, también es "un aval" para la candidatura olímpica Madrid 2012, "pero no se hace sólo por eso, sino porque creemos que es bueno para la sociedad española".