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LA CRISIS DEL CARMEL

Marín admite errores de forma

La polémica por la cobertura informativa de la crisis del Carmel sigue enfrentando a los políticos. Tras las peticiones de dimisión por parte de CiU y el PP, el secretario de Comunicación de la Generalitat, Enric Marín, admitió ayer errores en el protocolo que regula el trabajo de los periodistas en la zona. Marín aceptó que existen fallos de forma en el documento: "No tengo ningún problema en reconocer que la redacción que se hace de este acuerdo es muy desafortunada".

En concreto, Marín se refirió a una nota que "podía dar a entender que la Administración decidiría cuándo un hecho podía ser noticioso", una interpretación que a su juicio "no sólo es absurda, sino que es ridícula". El alto cargo republicano justificó las limitaciones a los informadores por razones de seguridad, pero rechazó tajantemente las acusaciones de censura y de intromisión en el trabajo de los medios.

A juicio del presidente del PP catalán, Josep Piqué, no se trata de "un simple error". Piqué opinó ayer que la actuación del secretario es "uno de los escándalos democráticos más importantes de Cataluña". El líder de CiU, Artur Mas, también fue severo: exigió saber "por qué se ha hecho un protocolo" y aseguró que "se censura el seguimiento de los medios".

El secretario de comunicación de Convergència, David Madí, exigió ayer por segunda vez la dimisión de Marín, en esta ocasión por "mentir" sobre la autoría y finalidad del protocolo. Madí dijo: "Marín admitió la redacción y puesta en marcha del documento que ahora él mismo define como borrador y adjudica al Colegio de Periodistas". Pese a las críticas de la oposición, el conseller en cap, Josep Bargalló, ratificó ayer mismo la confianza en su secretario de Comunicación. Bargalló sí admitió que en el protocolo había "una frase absolutamente desafortunada", pero puntualizó que eso "no puede ser motivo de dimisión".

Por su parte, los miembros del Consejo de Administración de la Corporación Catalana de Radio y Televisión propuestos por los socios del Gobierno tripartito, impidieron ayer la celebración de una reunión de urgencia. El encuentro, propuesto por CiU y el PP, pretendía que este organismo evaluara las quejas de los profesionales de TV-3 y Catalunya Ràdio sobre el protocolo.

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