La capital despide el Carnaval con el 'entierro de la sardina'

Los miembros de la Alegre Cofradía del entierro de la sardina se reunieron ayer sobre las seis de la tarde en San Antonio de la Florida (Moncloa) para conducir el féretro con los restos del pescado hasta la Fuente de los Pajaritos, en la Casa de Campo. Fueron acompañados por decenas de personas que acuden a este tradicional cierre del Carnaval.

Este festejo, de larga tradición en Madrid, tiene su origen en los tiempos de Carlos III, cuando la Corte, no se sabe si en preparación de la Cuaresma o por el puro placer de hartarse a pescado, mandó traer a la capital un enorme cargamento de sardinas de las que no pudieron dar cuenta antes de que entraran en descomposición.

En un gesto de aparente generosidad, se invitó a la plebe al convite, en la Casa de Campo, con idea de que "el hambre del pueblo" acabara con el pestilente pescado. Los madrileños, en vez de comerse el regalo, lo enterraron, pero, con guasa y alegría, consumieron mientras tanto vinos y otros caldos.

El cierre del Carnaval no se vivió sólo en la Casa de Campo. El acto tuvo una especial representación en el distrito de Centro. Una representación lúdico festiva se vivió en la calle de Fuencarral.