Especialistas en epilepsia piden neurólogos para cada hospital
Más de 50.000 andaluces sufren epilepsia y están en tratamiento. De ellos, alrededor de 15.000 padecen crisis con cierta regularidad, según Vicente Moreno, jefe del servicio de Neurología del hospital San Cecilio de Granada, y Juan Carlos Sánchez, de la unidad de diagnóstico y tratamiento quirúrgico de la epilepsia en el Virgen de las Nieves. Ambos presentaron ayer un decálogo de recomendaciones terapéuticas para luchar contra esta enfermedad.
El objetivo del manual es unificar criterios en el uso de los diferentes tratamientos y servir de guía a todos los médicos que tengan relación con pacientes epilépticos, ya que, según los médicos, en Andalucía "existe un infradiagnóstico de los diferentes tipos de epilepsia". Los expertos proponen "el establecimiento de una red apropiada de asistencia al enfermo epiléptico, que debe utilizar los medios ya existentes en el Sistema Andaluz de Salud". Los especialistas creen necesaria la presencia de neurólogos en cada uno de los hospitales comarcales de Andalucía, como ya se ha hecho en otras regiones.
El síntoma más característico de la enfermedad es la pérdida de conocimiento o el descenso, en mayor o menor grado, de la conciencia. Pero, según los coordinadores del decálogo, "cualquier actividad del cerebro puede manifestarse como una crisis, ya sea una actividad matriz reiterativa, cualquier manifestación distorsionada de la memoria, determinadas sensaciones (como un olor o un sabor muy persistentes) o la visualización de imágenes distorsionadas o irreales". La epilepsia puede aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente en la infancia y la vejez.
Tratamientos diversos
El tratamiento de la epilepsia es variado y ha evolucionado en los últimos años. El tradicional, según los médicos, se basa en medicamentos antiepilépticos (que reducen la actividad epiléptica de las células nerviosas), que consiguen su objetivo en el 70% de los casos. Sin embargo, algunos pacientes, deben ser operados para extirparles el tejido cerebral que genera la enfermedad.
Las recomendaciones presentadas ayer explican, por ejemplo que "no está indicado el inicio sistemático de un tratamiento antiepiléptico tras una primera crisis epiléptica no provocada", así como que el tratamiento para la epilepsia no tiene porque ser para toda la vida y que se puede retirar en los pacientes en remisión. La persona que padece la enfermedad "necesita tratamiento preventivo a largo plazo cuya duración puede oscilar entre los dos años y toda la vida".
El resto de los capítulos del libro hablan del tratamiento crónico de las epilepsias del adulto, así como de las epilepsias de la infancia, de los principios generales de politerapia farmacológica racional, del tratamiento antiepiléptico en situaciones especiales y, por último, de las diferentes estrategias terapéuticas en la epilepsia resistente a fármacos.
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