La gallina
Teatro de dirección: mas espectáculo que teatro. Me explico: toda la literatura dramática tiene una condición de espectáculo; hay espectáculos que no tienen nada que ver con la literatura dramática ni con ninguna otra -toros, fútbol-, como hay teatro basado sólo en la palabra. En este caso, el director Daumas deja un poco de lado el texto, a veces lo desvirtúa: Armiño es un prestigioso conocedor de Moliere; me parece difícil que sea él quien haga decir a los personajes algo sobre la televisión basura, por ejemplo. También es respetado este director, Daumas. Su trabajo sería bueno para otro texto.
La escuela de los maridos es una obra menor con la intención critica con las costumbres de su época: a favor de la mujer obligada a casarse, entusiasta del triunfo del amor, cruel para el tonto que manda. Todo se deshumaniza en esta representación. La farsa sigue un camino curioso en el teatro: los muñecos articulados han imitado después a los actores y, finalmente, los actores imitan a los muñecos. La imitación aquí es exagerada.
Molière - 2
La escuela de los maridos y Las preciosas ridículas, de Molière, traducción de Mauro Armiño. Intérpretes: Santiago Nogués, Jesús Calvo, Antonia Paso, Rebeca Medina, Carmen Mayordomo, Sergio Mur, Iñigo Echevarría, Pablo Alonso. Vestuario: Sabina Moncys. Iluminación: Michael Collis, Adrián Daumas. Dirección: Adrián Daumas. Teatro de Madrid.
En Las preciosas ridículas el modelo a imitar es el de una granja. Las damitas imitan a las gallinas, y un personaje al gallo; a veces hasta hay cacareos. El director ha elegido el camino de la coreografía: los movimientos de los actores están medidos punto por punto, y en lugar de dar sensación de seres humanos a quienes las costumbres hacen grotescos, parecen automáticos. Fue, sin embargo, la que consiguió las risas de los espectadores. Y los aplausos.
Babelia
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