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Arabia Saudí impulsa la creación de un centro internacional contra el terrorismo

La violencia integrista se ha cobrado 221 vidas en el país árabe en los últimos dos años

Ángeles Espinosa

"El terrorismo es un crimen global perpetrado por mentes malvadas", aseguró ayer el príncipe Abdalá, heredero y gobernante de facto de Arabia Saudí, al inaugurar una inusual Conferencia Internacional contra el Terrorismo. Abdalá, que, como el resto de los oradores árabes, insistió en separar el islam del terror, propuso la creación de un centro internacional para luchar contra esa lacra. El ministro del Interior, príncipe Nayef, que inicialmente no dio crédito a que 15 de los 19 secuestradores del 11-S fueran saudíes, anunció que la violencia terrorista se ha cobrado 221 vidas en su país durante los últimos dos años.

"Estamos en guerra contra el terrorismo y quienes lo apoyan o lo justifican", declaró con firmeza el regente saudí ante las delegaciones de medio centenar de países y una decena de organismos internacionales. "Sé que no va a desaparecer de la noche a la mañana y que nuestra lucha será larga y amarga", añadió antes de hacer "un llamamiento a todos los países para poner en marcha un centro internacional de lucha contra el terrorismo".

"Su objetivo será intercambiar y transmitir información de manera inmediata, compatible con la rapidez de los atentados, y evitar que se produzcan", añadió Abdalá. Tanto el secretario general de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) como el de la Liga Árabe y el del Consejo de Cooperación del Golfo, respaldaron esta iniciativa.

"No se puede decir que Arabia Saudí financie el terrorismo, pero desde este país han salido fondos que han contribuido a generar la cultura de violencia que permite que crezca este fenómeno", aseguró Fernando Reinares, asesor del Ministerio del Interior y uno de los cinco miembros de la delegación española. Fuentes policiales aseguran que todas las mezquitas que en España promocionan actividades terroristas están financiadas por capital de origen saudí.

Un comentarista del diario Al Watan señalaba ayer la necesidad de que las mentalidades se cambien desde los púlpitos. "En una sociedad como la nuestra, cinco grandes mezquitas tienen mayor efecto que un canal por satélite o un programa de televisión", escribía Saleh al Shehy. Aunque todos los intervinientes musulmanes insistieran en que el pensamiento islámico es ajeno al terrorismo, la realidad es que muchos grupos se arrogan interpretaciones del Corán con las que pretenden justificar su violencia.

Otro problema habitual en este tipo de foros es la falta de consenso sobre la definición de terrorismo. Tal como afirma el politólogo Amir Taheri, "el principal dilema de los árabes es cómo condenar el terrorismo en todo el mundo y excluir los actos de violencia contra la ocupación israelí de los grupos palestinos y el Hezbolá libanés".

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"Aunque rechazamos lo que algunos grupos nos quieren imponer, es importante atajar las causas sociales y la frustración", declaró el secretario general de la Liga Árabe, Amer Musa. "Las principales causas del terrorismo son la decepción y la cólera que acompañan a la desesperación de no lograr arreglos justos a las causas de los pueblos", señaló.

"Sin duda hay algo de lavado de imagen en esta conferencia, aunque parece que por fin se han dado cuenta después de que les ha tocado a ellos", admitía Reinares. La mejor prueba de ello fue la comparecencia del príncipe Nayef. De poner en duda la participación de saudíes en el 11-S (responsabilidad que atribuyó a una conspiración judía), ahora encabeza la lucha antiterrorista de su país.

El cambio se produjo el 13 de mayo de 2003, cuando un triple atentado suicida contra tres urbanizaciones que alojaban a extranjeros en Riad causó 35 muertos. Desde entonces, 22 ataques atribuidos a Al Qaeda "han dejado 90 muertos y 507 heridos entre ciudadanos y extranjeros, 39 muertos y 230 entre las fuerzas de seguridad y 92 muertos y 17 heridos entre los agresores", según anunció el ministro en el primer balance oficial detallado. Nayef estimó las perdidas materiales en mil millones de riales (unos 200 millones de euros).

El príncipe heredero saudí, Abdulá ben Abdulaziz, saluda a la jefa de la delegación de EE UU, Frances Fragos Townsend.
El príncipe heredero saudí, Abdulá ben Abdulaziz, saluda a la jefa de la delegación de EE UU, Frances Fragos Townsend.AP

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Sobre la firma

Ángeles Espinosa
Analista sobre asuntos del mundo árabe e islámico. Ex corresponsal en Dubái, Teherán, Bagdad, El Cairo y Beirut. Ha escrito 'El tiempo de las mujeres', 'El Reino del Desierto' y 'Días de Guerra'. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense (Madrid) y Máster en Relaciones Internacionales por SAIS (Washington DC).

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