El mayor barco 'negrero' arriba a Canarias
El buque transportaba a 227 subsaharianos, que llevaban 20 días a base de agua, azúcar y caramelos
El barco pesquero Olomne arribó ayer a la costa sur de Tenerife con 227 inmigrantes subsaharianos a bordo, el mayor contingente de sin papeles llegados en un buque a Canarias. Un pescador tinerfeño alertó de la presencia del buque, de 25 metros de eslora y sin distintivo de nacionalidad, cuando al amanecer lo vio anclado a unos 200 metros de Tajao, un pequeño pueblo pesquero. Los náufragos aseguraron que habían salido el pasado 6 de enero de Costa de Marfil y que llevaban 20 días a base de agua, azúcar y caramelos, versión que luego certificaron los médicos.
Vestidos con ropa de abrigo y zapatillas deportivas, la mayoría de los irregulares son francófonos y aseguraron proceder de Costa de Marfil, Ghana, Liberia y Sierra Leona. Las fuerzas de seguridad buscan a dos hombres de raza blanca que abandonaron a los inmigrantes en el mar y llegaron a la costa en una zódiac, localizada por la policía. Once de los inmigrantes fueron hospitalizados y el resto fue alojado en un cuartel abandonado al norte de la isla, frente al aeropuerto de Los Rodeos. Allí permanecerán mientras los jueces tramitan sus expedientes de expulsión.
Un pescador fue quien alertó a la Guardia Civil de la presencia del buque cerca de la costa
Miguel Ángel García Toledo, de 53 años, fue el primero en descubrir este tráfico masivo de seres humanos. Se había levantado a las 5 de la madrugada para embarcar en el Nuevo Luz María, un pesquero de nueve metros. "Los vi ahí mismo", explicó, "mientras llevaba el timón; mi sobrino me decía que nos estaban llamando, agitando las manos pidiendo auxilio para que fuésemos y enseguida le comenté: 'Eso es un barco con moros a bordo".
El pescador se situó apenas a diez metros del buque negrero. "Estaba lleno de gente, hombres, mujeres y niños; sólo les pude lanzar diez botellas de agua de litro y medio. Temía acercarme más, porque se podían lanzar al mar y morir allí mismo".
"Me dio mucha pena verlos cómo estaban", relató ayer por la tarde. Y añadió: "Hoy [por ayer] no pesqué nada, pero por lo menos todos ellos están con vida". Él fue quien alertó al teléfono único de emergencias sobre su descubrimiento y activó un plan de rescate "ejemplar", en palabras del delegado del Gobierno en Canarias, José Segura Clavell.
Cuando horas después llegaron la patrullera de la Guardia Civil y los buques de Salvamento Marítimo, sus tripulaciones comprobaron que el barco estaba desvencijado, con moluscos pegados al casco, el nombre borroso, el puente de mando con los cristales rotos y en estado de abandono.
Dos agentes recogieron unos mapas y una libreta que encontraron como única documentación y se situaron en la popa del pesquero para rescatar uno a uno a sus tripulantes. Primero, los pasaron a una zódiac del grupo de bomberos voluntarios Guayota y, de allí, les hicieron saltar a los buques de Salvamento Markab y Tenerife. La operación se repitió en tres ocasiones, con olas de casi dos metros. "Olía muy fuerte a orines", comentaron los jóvenes submarinistas. "Si se llega a hundir, no se salva ni uno, porque sacabas a un grupo y aparecían muchos más de no se sabe dónde".
Un total de 102 subsaharianos francófonos, entre ellos 4 mujeres, desembarcaron en el muelle de Porís de Abona (también en Arico), donde los atendieron efectivos de Cruz Roja, vecinos y Guardia Civil con ropa seca, mantas, bebidas calientes y galletas. Los africanos estaban en buen estado de salud, excepto 11 de ellos que fueron trasladados a hospitales, informó el coordinador médico en esta zona, Carmelo Duarte.
En este mismo muelle el presidente del Cabildo Insular de Tenerife se preguntaba cómo era posible que distintos ministros hubieran anunciado más inversiones en vigilancia y apareciera un barco con 227 personas a menos de 200 metros de la costa. "Un barco así no sale de incógnito de ningún puerto y me gustaría saber por qué no se ha detectado, antes de pensar en que alguien nos esté tomando el pelo". El delegado del Gobierno reconocería después que el sur de Tenerife y las islas de La Gomera, El Hierro y La Palma están desprotegidas de vigilancia marítima. "Estos hechos demuestran que nos falta tecnología para vigilar nuestras costas", dijo.
Otro grupo de 125 náufragos fue rescatado por el remolcador de altura Punta Salinas y trasladado al puerto de Santa Cruz de Tenerife, adonde llegaron por la tarde. Su traslado al hospital de campaña se retrasó, porque eran desembarcados uno a uno y se les sometía a un breve interrogatorio sobre sus datos personales. "Nos aseguran que partieron el 6 de enero de Costa de Marfil y que han sobrevivido con agua, caramelos y azúcar", declaró Jairo Gozalo, vicepresidente provincial de Cruz Roja. "Como mínimo, en 20 días no han comido nada sólido", certificó Faustino Redondo, coordinador médico de emergencias. "La ropa la tenían tan pegada por la sal que era una segunda piel y las condiciones de hacinamiento junto con la falta de higiene les han producido llagas en el cuerpo", añadió.
Tras su estancia temporal en el cuartel abandonado, ingresarán en el centro de internamiento de extranjeros de Hoya Fría, en el que hasta ayer sólo había 12 internos. El barco negrero era remolcado anoche hasta el puerto de Santa Cruz de Tenerife a la espera de que un juez decida su destino.
Una larga historia de desembarcos masivos
La llegada de "buques negreros" a las costas canarias tiene ya historia. No es el modo usual en el que llegan los inmigrantes a las costas españolas, ya que suelen hacerlo en embarcaciones menores y éste es el mayor desembarco de subsaharianos que se produce en las islas. Pero, en los últimos años, ha habido varias detenciones masivas por la llegada de cargueros que arriban a las costas canarias con las bodegas llenas de indocumentados en condiciones infrahumanas. Son recogidos o proceden de Guinea, Gambia, Senegal, Mali, Mauritania, Liberia, Sierra Leona, Costa de Marfil, Ghana, Nigeria, Camerún, Zaire y Congo. Hasta ahora el record de ocupación lo tenía el carguero Noé, que con bandera hondureña, procedente de Dakar (Senegal) y con destino a El Pireo (Grecia), atracó una mañana de diciembre de 2002 en el Puerto de las Palmas con al menos 223 inmigrantes a bordo. Todos ellos lograron desembarcar pero fueron detenidos por la policía horas más tarde en una operación espectacular que incluyó persecuciones por las calles de la ciudad. En aquella ocasión los patrones no fueron capturados. El último barco negrero que arribó a la costa canaria fue el Fullbeck, que no tenía bandera. Embarrancó al sur de Tenerife el 9 de enero de 2004 con más de un centenar de inmigrantes africanos que habían pagado 500 dólares por el pasaje a dos traficantes occidentales. Los patrones tuvieron tiempo de desembarcarlos en una lancha fuera borda y luego huyeron. La Guardia Civil logró detener a 92 de los 110 ó 120 inmigrantes que se calculaba que viajaban en el carguero de 25 metros. En marzo de 1999, el pesquero Ashva atracó en Santa Cruz de Tenerife con algo más que pescado: de él desembarcaron 108 subsaharianos indocumentados.
No obstante, otros muchos no llegaron porque fueron detenidos en el camino. Sin ir más lejos , el 15 de agosto de 2004 en Freetown (Sierra Leona), fue interceptado el Hollgan Star preparado para partir rumbo a Canarias con quinientos inmigrantes africanos que iban a ser abandonados en aguas españolas. El 1 de febrero de 2004, 153 subsaharianos viajaban en el buque N.T.Conakry, de bandera de San Vicente y Granadina, fue apresado a 60 millas al sur de la isla de Gran Canaria. El más reciente de estos traslados ilegales ocurrió el 15 de octubre del año pasado, cuando el pesquero M.V.Polar fue localizado al este de Gran Canaria con 176 inmigrantes subsaharianos a bordo.
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