Fibes adelanta la temporada taurina

El Palacio de Exposiciones y Congresos de Sevilla (Fibes) adelanta un año más la temporada taurina. Hasta el domingo, el recinto acoge la octava edición de la Feria Mundial del Toro, que se inauguró ayer y que este año reúne a más de 70 ganaderías y 200 empresas del sector llegadas desde Argentina, Francia, Portugal, Inglaterra y varias provincias españolas. La edición de este año está además dedicada a México, uno de los países con más tradición taurina y desde donde se han desplazado a Sevilla ganaderos, novilleros y jinetes para protagonizar gran parte del programa de actividades.

Aunque la Feria Mundial del Toro se ha convertido en una cita ineludible para el sector, el alcalde de Sevilla, Alfredo Sánchez Monteseirín, recordó ayer durante el acto de inauguración, que el objetivo principal de la muestra sigue siendo "dar a conocer al público en general la vida del toro bravo y el trabajo de la crianza".

Escenas habituales de la dehesa han inspirado también el plato fuerte de la feria, que llega cada noche con el espectáculo Raíces, creado y dirigido por el ganadero Álvaro Domecq Romero y su ganadería Torrestrella. Durante una hora, la plaza de toros instalada en el Pabellón Plaza de Fibes es el escenario de la vida y la crianza del toro bravo, representada en cinco números en los que las escenas habituales del campo andaluz se mezclan con elementos característicos del mundo taurino mexicano, como los charros, las escaramuzas y el derribo con lazo.

"Fibes anualmente consigue el milagro de trasladar por unos días a la ciudad la magia del toro en el campo", señaló ayer el nuevo comisario de la feria, Luis Guillermo López Olea, quien estuvo acompañado, además de por Monteseirín, por el consejero de Agricultura y Pesca, Isaías Pérez Saldaña y por el presidente de la Feria Mundial del Toro y director gerente de Fibes, Felipe Luis Maestro. López Olea, quien definió a esta feria como "la más importante muestra temática que se celebra en el mundo sobre el toro de lidia", recordó asimismo que la edición que ayer se inauguró sirve también como pórtico para los actos de celebración del centenario de la Unión de Criadores de Toros de Lidia. "Es un acontecimiento importante si analizamos los ataques que sufre hoy la fiesta, que se usa como arma arrojadiza con fines políticos y sociales", advirtió el comisario.

La feria ocupa casi 60.000 metros cuadrados, en los que se reparten los expositores de las ganaderías, peñas, asociaciones e instituciones, así como una zona comercial en la que se reúnen empresas de un mismo sector integrado por actividades tan diversas como la guarnicionería, taxidermia, pintura, escultura, piensos, alimentación, decoración, mantones, antigüedades, aperos de campo, artesanía y vinos.

El triángulo exterior de Fibes, como ya ocurrió el año pasado, acoge los corrales en los que se exponen los ganados de toros y vacas. Desde una plataforma situada en el centro, las cabezas de ganado se pueden observar a izquierda y derecha. Y cuando la muestra cierre sus puertas cada día a las 21.30, la jornada se prolonga en la zona Toro de Noche, con bares y restaurantes de ambiente taurino que permanecerán abiertos hasta las 3.00 de la madrugada.