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Bustelo califica de "deportación" el traslado de la sede de la CMT porque sólo responde a "razones políticas"

La tensión entre la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones (CMT) y el Ministerio de Industria, lejos de ceder, crece. El presidente de la CMT, Carlos Bustelo, no dudó ayer en calificar de "deportación" el traslado forzoso de la sede de Madrid a Barcelona decidido por el Gobierno el pasado verano.

Bustelo ya había tachado anteriormente de "deslocalización" la decisión anunciada en junio tras la reunión mantenida entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el de la Generalitat, Pascual Maragall. "Pero cuando no hay razones funcionales o administrativas, sino sólo políticas, la deslocalización se convierte en deportación", enfatizó ayer Bustelo en la inauguración de unas jornadas organizadas por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) y por Aetic, la patronal del sector de telecomunicaciones.

La intervención de Bustelo se produce una semana después de que se publicara en el Boletín Oficial del Estado (BOE) el decreto que ordena que la sede de la CMT se establezca en Barcelona y que el máximo organismo regulador de las telecomunicaciones adopte "las medidas necesarias para que el cambio de sede se produzca a lo largo del año 2005".

El traslado de la sede de la CMT, dependiente orgánicamente del Ministerio de Industria, ha provocado la protesta unánime de los más de 120 técnicos y trabajadores de este organismo.

La respuesta del ministro de Industria, José Montilla, no se hizo esperar: "Estas decisiones", dijo, "evidentemente son políticas, como supongo que fue una decisión política en su día, el nombramiento del señor Bustelo como presidente de la Comisión".

El ministro, quien firmó ayer en Toledo un convenio con el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, sobre el proyecto Ciudades Digitales, aseguró que no quiere polemizar sobre una decisión que ha tomado el Consejo de Ministros, "a quien le compete". El presidente de la CMT tiene un mandato de seis años. Bustelo fue elegido presidente del organismo regulador en diciembre de 2002, por lo que le quedan cuatro años más.

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