Aquelarre en San Mamés

Primero marca Yeste con la derecha. ¡Umm! Luego la pone en la escuadra con su gesto habitual, que parece que se rompe o que se cae. Después marca un navarro. Las brujas se regocijan. Es su noche. Y lo era. Va Guerrero, Julen, el desquiciado, el que se conformaba con ser convocado, con jugar unos minutos, el reclamado por un sector de la grada, empeñado en enfrentarlo a sus compañeros y aparece por el pico del área pequeña y roza un centro con la suavidad que siempre le ha caracterizado y marca el cuarto gol en pleno aquelarre en San Mamés ¿Goleada? No, algo peor para Osasuna. Derrota, después de que el equipo navarro se hubiera adelantado 0-3 en el marcador sin la necesidad de apostar por más cosas que fuerza y orden. Al cuarto de hora, Osasuna goleaba a un Athletic inexistente, vulgar, aburrido, la peor versión que siempre se le supone en algún momento de la temporada. Teóricamente era ayer, vista su incapacidad para hilvanar alguna jugada y sus sumisión a la fortaleza de Osasuna que cogía cada rebote con una facilidad pasmosa. Osasuna además había marcado tres bellos goles. Es decir lo tenía todo: fuerza, fiereza, presión y acierto (tres de tres). Pero el Athletic existe hasta en los peores momentos. Bastó una escapada de Llorente para que Yeste marcara con la derecha y el gol fuera algo así como un toque de trompeta de esos que recuerdan a las viejas tardes (ayer noches) de San Mamés. De repente, La Catedral fue un sortilegio, una suerte de partido inglés a la antigua usanza, de esos que no acaban hasta que el futbolista enciende la ducha en el vestuario. Y llegó el segundo, y el tercero. Y sobre todo llegó el cuarto. Y le tocó a Julen Guerrero, que había tenido el empate en sus botas unos minutos antes cuando pecó de una cierta torpeza. Pero en pleno aquelarre, las brujas se conjuraron con él y le propusieron un centro suave (de Iraola, quien si no) para que el capitán rojiblanco apareciera por allí y pusiera la porción justa del interior de su bota para que el balón se introdujera en la portería. Osasuna aún no se explica lo ocurrido. No se lo explicará jamás. Ahora debe debatir si ver el video o mandarlo a la chimenea de la Liga.