"Hay que borrar nuestros diez minutos fatídicos"
Llegar a la selección española de balonmano fue una sorpresa para Juan Carlos Pastor, de 36 años y vallisoletano. Aunque jugó de portero en la División de Honor y comenzó a entrenar a los 14 años, colaborando con los técnicos de los equipos de la base, su nombre adquirió relevancia en junio de 1995, cuando sustituyó a Manolo Cadenas al frente del Valladolid. "El club no podía pagarle, me dieron una oportunidad y aquí estoy", explica. Llevó a su equipo a cotas impensables en un contexto tan competitivo: campeón de la Copa Asobal (2003) y subcampeón europeo (1999, 2000 y 2004) y de la Copa del Rey (2000). A finales de 2004, sus dirigentes le insinuaron la posibilidad de irse al conjunto nacional. "Entonces comencé a creerlo", confiesa. Ahora tiene un contrato, que concluye en febrero, para dirigirlo en el Campeonato del Mundo, que comienza hoy en Túnez. Después regresará a su club.
"¿Favoritos? Croacia, Francia, Dinamarca y... España. Me gusta ponerme algo de presión"
Pregunta. Da la sensación de que todo es interino en esta selección española.
Respuesta. Ahora mismo, sí. Tengo un contrato desde el 24 de noviembre hasta el 7 de febrero. Y un compromiso con el Valladolid hasta junio de 2007. Pero estoy trabajando para hacerlo lo mejor posible en el Mundial y conseguir que seamos un equipo desde el primer día.
P. ¿Esperaba que le ofrecieran el cargo?
R. Cuando alguien me preguntaba por dónde debía ir mi futuro, siempre pensé que antes de ser seleccionador debería pasar por una situación intermedia, de segundo técnico. Pero...
P. ¿Qué cambia?
R. Tienes que hacer las cosas más rápidamente que en tu club. Allí hay más tiempo para trabajar. Aquí debes hacerlo todo en pocos días e intentar que la gente entienda y aplique unos conceptos con los que no están trabajando en sus clubes. Pero, al final, es bastante similar porque lo que pretendo es que la selección juegue como un equipo. Y la entreno como si fuera el Valladolid. Tampoco hay tanto tiempo para plantearse estas cosas. Estamos trabajando todo el día, montando vídeos, estudiando a los rivales...
P. Siendo un técnico que se ha distinguido por haber formado a muchos jugadores en su club, ¿qué le supone encontrarse con todas estas estrellas?
R. También el Valladolid ha tenido que fichar a jugadores experimentados y de calidad contrastada. Estoy habituado a eso.
P. ¿Qué aporta a la selección?
R. Si me pregunto por qué me han elegido, la respuesta es por el juego del Valladolid. Por tanto, no debo cambiar muchas cosas. Lo que intento es realizar con el bloque nacional el mismo trabajo que con el mío: ver muchos vídeos para las correcciones y para estudiar a los adversarios, explicar bien a la gente qué hacemos y por qué...
P. ¿Esta selección es distinta a la de los Juegos Olímpicos?
R. Hay gente nueva, que debuta, como Rocas, y estoy dando oportunidades a jóvenes de 24 o 25 años, como Chema, Uríos o Romero. Pero la cuestión es que todo responde al tipo de equipo que quiero tener. Busco a los jugadores más adecuados. Muchos ya estaban en la selección. Otros, no.
P. ¿Está bien formada?
R. Algunos llevan pocos partidos internacionales. Pero hay que apostar por ellos igual que en su día se apostó por otros. Hay que darles tiempo y confianza y apoyarles para ver hasta dónde nos llevan. Yo creo en ellos.
P. Habla constantemente de que la selección juegue como un equipo. ¿Se ha creado una piña?
R. Sí. Desde el primer día, he encontrado una buena actitud y ganas de colaborar con nosotros: se interesan, preguntan... Creo que estamos forjando ilusión. Pero hay que tomárselo con tranquilidad.
P. ¿Ha tenido sufiente tiempo para la preparación?
R. Siempre quieres más. Pero esto es lo que hay. El Mundial está metido en medio de la competición nacional y lo que hay que hacer es aprovechar el tiempo del que dispones. Te guste o no, tiene que bastar. Hay que ir a ganar cada partido con el tiempo que tengo. Y debemos anticiparnos, prever qué puede ocurrir en cada uno, para que no nos cojan desprevenidos.
P. El Mundial se presenta realmente difícil. De entrada, un grupo complicado, con Croacia y Suecia, y después un emparejamiento previsiblemente contra Alemania y Serbia.
R. El sorteo nos lo ha complicado. Pero, si pretendes ser campeón, tarde o temprano deberás enfrentarte a los buenos. Nos ha tocado pronto, es cierto. Pero debemos entrar con puntos en la segunda fase, porque, si no, el acceso a las semifinales será muy dificultoso. Y para lograrlo hay que ganar a estas grandes selecciones. Croacia sigue con los mismos jugadores, campeones olímpicos y mundiales, que juegan sin pensárselo y tienen una mentalidad ganadora que les permite resolver positivamente las situaciones más difíciles. Y Suecia está cambiando el equipo. Está ahora con la generación del 76 y el 78 y metiendo a la vez a gente del 82. Sigue siendo muy potente. Ha ganado la Copa del Mundo. Es muy peligrosa.
P. ¿Puede pensarse en la primera medalla mundialista para España?
R. Me gustaría. Pero mi filosofía es ir paso a paso, día a día, partido a partido. No podemos pensar más allá de cada partido. Así nos va bien. Si llega una medalla, será algo trascendente tanto para nosotros como para el balonmano español. Pero hablar de ello ahora es prematuro. Creo que hay equipo para luchar por cada partido, para hacer un buen Mundial. Pero hay que estar acertados en el momento preciso. En este sentido, no me gusta tener memoria histórica, pensar que el equipo ha sido incapaz de resolver ciertas situaciones en el pasado... Hay que borrar de nuestra memoria los diez minutos fatídicos del equipo español.
P. ¿Es ésa la filosofía que pretende aplicar?
R. Sí. El pasado es el pasado. Y nosotros partimos de cero, del presente. Con el Valladolid nunca habíamos ganado al Barcelona hasta que lo conseguimos por primera vez olvidándonos de que siempre nos había superado. Ahora tal vez son ellos los que no querrán tener memoria histórica. Es como un juego. Es una cuestión psicológica que tiene su importancia.
P. ¿Cuáles son sus favoritos?
R. Croacia, Francia, Dinamarca y... España. Me gusta ponerme algo de presión. Pero también pueden surgir Eslovenia, Rusia o Alemania.
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