Una mujer, pieza clave para la emboscada
La actuación de los policías del grupo XIX de la sección de Estupefacientes de la Brigada de Policía Judicial no acabó tras el intenso tiroteo registrado en la gasolinera de Móstoles. Tuvieron que seguir trabajando en busca de una pieza fundamental: una mujer que había actuado como mediadora entre las dos organizaciones rivales.
La buscada era Karima L., que, pese a estar en el lugar de los hechos durante el intercambio de disparos, logró huir en un coche con otros dos hombres. La policía les localizó en la calle de Las Palmas, de Móstoles, a unos 500 metros de la gasolinera.
Los interrogatorios posteriores han permitido determinar que Karima no sólo intentó allanar el encuentro entre las dos bandas opuestas, sino que trabajaba directamente para Abdorazac y el objetivo de éste de atentar contra su rival, Asri T.
El encuentro entre las dos bandas opuestas estaba siendo preparado desde hace tiempo. Sin embargo, los delincuentes eran "poco formales", según uno de los mandos policiales, por lo que en más de una ocasión habían demorado su encuentro. Éste también había sido aplazado porque en otra ocasión coincidía con la celebración del Ramadán (en el pasado diciembre).
Recortes de papel
Cuando la policía registró los coches en los que viajaban los miembros de ambas bandas encontró porras eléctricas, grilletes y otros artilugios que permiten suponer que iban a ser empleados para neutralizar a los adversarios. Además, fue hallado un montón de recortes de papel que el grupo de Asri llevaba en el maletero, simulando ser billetes de papel moneda.
"En un principio creíamos que habían intentado atracar el McDonald's o el Dia, porque lo hacen muy a menudo, pero luego vinieron los policías y nos explicaron lo que acababa de pasar", explicó Paloma, una empleada de la gasolinera. Los investigadores se llevaron las cintas de las cámaras de seguridad de la estación de servicio. "No se cómo no hubo más heridos. Ante la cantidad de tiros que hubo, raro es que no hubiera ninguna pareja dentro de algún coche tomando algo, como hacen normalmente a esas horas. Si llega a pasar sobre las nueve, nos pilla a nosotros en la calle porque es cuando salimos a recoger las fichas del lavado automático", explicó su compañera Beatriz.
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