"El 'lied' expresa emociones que no hay en la música moderna"
Le encantan los personajes operísticos de psicología compleja, como Wozzeck, de Alban Berg; Doctor Fausto, de Ferruccio Busoni, o el protagonista de El príncipe de Hombourg, de Hans Werner Henze, con los que ha obtenido grandes éxitos en la escena europea. Pero la ópera es sólo una parte del repertorio del barítono alemán Dietrich Henschel, un apasionado intérprete del lied que esta noche, acompañado al piano por Fritz Schwinghammer, ofrece un recital en el Petit Palau, la sala de cámara del Palau de la Música de Barcelona. "Cultivar el lied te enriquece como cantante de ópera", afirma el barítono.
Henschel llega a Barcelona tras actuar el pasado fin de semana en el concierto inaugural del Festival de Canarias con una versión del oratorio La creación, de Haydn, bajo la dirección de Víctor Pablo Pérez. Ha preparado un programa consagrado al romanticismo que combina lieder de Beethoven, Schubert y Hugo Wolf sobre textos de Mörike. "Son los tres compositores en los que estoy profundizando y madurando como intérprete, a los que estoy dedicando discos y conciertos de forma intensiva", comenta.
"Cada vez hay menos gente que sabe usar la voz para cantar y comunicar la expresividad de un poema"
Ópera, lied y oratorios conviven armoniosamente en un repertorio que Henschel escoge huyendo de la especialización. "Hay que evitar la especialización, es mejor frecuentar obras clásicas, barrocas, románticas y modernas guiándote por tus afinidades musicales. En el caso de la ópera, siempre me han interesado los personajes de psicología compleja, aunque sean pequeños. Lo importante es poder desarrollar su personalidad a través de la obra", afirma.
Henschel recomienda a los jóvenes acudir alguna vez a un recital de lied para intentar descubrir otras emociones que, a su juicio, "rara vez están presentes en la música pop". "Los jóvenes tienen cada vez menos contacto con la práctica musical, por eso cada vez hay menos gente que sabe usar su voz para cantar y comunicar la expresividad de un poema. Y el lied expresa unas emociones íntimas que rara vez se encuentran en la música moderna", explica el barítono confesando que a su propio hermano mayor le sorprendió su dedicación a la música clásica.
Su último disco es un recital consagrado a Schubert en el sello Harmonia Mundi, en el que ha grabado monográficos dedicados a Beethoven y Korngold, La pasión según San Mateo, dirigida por Philippe Herreweghe, y una reciente versión de Las estaciones, de Haydn, bajo la batuta de Rene Jacobs, figuran en una discografía cada vez más rica. "Un cantante moderno ha de sentirse igualmente cómodo cantanto lied, ópera y conciertos, y también ha de cultivar la música contemporánea. Si cantas música actual encuentras otros matices, por ejemplo, en el repertorio romántico, y eso enriquece tus interpretaciones", explica.
De su maestro, y el de toda una generación de liederistas, Dietrich Fischer-Dieskau, Henschel destaca su capacidad para enseñar al alumno sin imponer sus ideas. "Nunca te impone sus ideas, al contrario, escucha tus opiniones e intenta ayudarte a encontrar tu propio camino como intérprete", asegura. En el terreno operístico, su modelo es Jose van Dam. "Admiro su forma de cantar y meterse en la piel del personaje, es un modelo que inspira mi carrera".
Henschel afirma sentirse muy a gusto en España, donde ha cantado con frecuencia, pero le gustaría que en los programas pusieran su verdadera edad. "No sé por qué, pero en mis actuaciones en España siempre ponen que nací en 1970 y la verdad es que nací en 1967. Me hacen más joven y no querría que el público pensara que ya quiero quitarme años", dice entre risas.
Babelia
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