Los hoteles mantienen el tipo

El sector hotelero español sigue estando sano y es bien rentable, pese a las mayores dificultades que ha encontrado en los tres últimos años. Desde 2002 su resultado neto de explotación ha caído hasta siete puntos porcentuales con respecto a años anteriores, pero se mantiene en cotas elevadas, en torno al 11%, según un reciente estudio de la consultora Ernst & Young.

A septiembre de 2004, la ocupación estaba a 12 puntos de distancia de la que se consiguió en 1999, cuando alcanzó un pico del 81,15%

Si alguien dijo alguna vez crisis, no reflejaba bien lo que estaba pasando en el sector hotelero. "Gana menos que antes, no está en quiebra y sigue generando actividad económica rentable". Es la conclusión a la que llega el informe Indicadores económicos de la industria hotelera española que por octavo año consecutivo acaba de presentar Ernst & Young y que disipa muchas dudas sobre la salud financiera de esta industria. Y es que márgenes netos, como dice la consultora, o lo que es lo mismo, resultados operativos netos que en 2003 se sitúan entre el 10,1% y el 13,2%, según la categoría del establecimiento, y resultados de explotación brutos -antes de intereses, impuestos, amortizaciones, alquileres, seguros e impuestos- de entre el 30,2% y el 32,7%, difícilmente casan con la crisis. "Si acaso, ésta ha podido darse en algún destino concreto de sol y playa, pero no en el conjunto del sector", coincide José Ignacio Rojas, consultor de Mazars.

Más que la rentabilidad conseguida, lo que llama la atención del estudio es la continuada caída de la misma, pese a situarse en cotas más que saludables. Exceptuando el año 2004, cerrado a septiembre, es decir, recién terminada la temporada alta lo que puede distorsionar el dato final del ejercicio, el resultado neto de explotación desciende desde el año 2000 en general, con más fuerza en los hoteles urbanos y, dentro de ellos, en los de tres estrellas, que en sólo dos años lo han reducido más de la mitad.

Este descenso de los resultados operativos viene de la mano de la caída de la ocupación. Según Ernst & Young, los descensos en la ocupación tocaron fondo en el año 2002, pero al cabo de dos ejercicios todavía no se han recuperado. Los únicos que registran cierta mejora son los hoteles vacacionales de tres y cuatro estrellas, excepto Canarias. En el resto, no se aprecia recuperación alguna. A septiembre de 2004, la ocupación está a 12 puntos de distancia de la que se consiguió en 1999, cuando alcanzó un pico del 81,15%. Sólo en 2001 la ocupación cayó siete puntos, el descenso tocó fondo en 2002 y desde entonces permanece estable, pero en cotas anteriores a las que había en 1994.

Es la caída de la ocupación y no los precios la responsable del deterioro de los márgenes (los resultados operativos), a juicio de Ernst & Young, ya que tanto los precios como los ingresos por estancia y los costes apenas varían.

En cuanto a precio, el informe -en el que han participado 420 establecimientos que agrupan 210.000 plazas, es decir, el 25% de la hotelería española de tres, cuatro y cinco estrellas- señala que han crecido en términos corrientes "lo justo como para equipararse con los índices de inflación". Eso en cuanto al sector en general, pero si se divide en segmento urbano y vacacional, llama la atención cómo mientras los hoteles vacacionales los mantienen, los urbanos bajan los precios desde el año 2000, y con más fuerza en 2003 y 2004.

A juicio de Rojas, de Mazars, si se tiene en cuenta lo que ocurre en Madrid y Barcelona, la presión sobre los precios urbanos se deriva de la mayor oferta en el mercado los últimos años. Para llenar las habitaciones, se han bajado las tarifas. Como ejemplo, los hoteles de cuatro estrellas de Barcelona. En 2001 tenían una ocupación del 79% y un ingreso medio por habitación disponible (Revpar) de 96 euros. En 2004 la ocupación alcanzó el 82% y el Revpar cayó a 85 euros.

En cuanto a los gastos, el informe de Ernst & Young señala que se han mantenido muy similares a lo largo de los años dentro de cada categoría, aunque cabe destacar una reducción de los gastos de personal, excepto en los hoteles de cinco estrellas que repuntan en 2004. En cualquier caso, los gastos de personal han bajado en dos años consecutivos por debajo del umbral del 30% de los ingresos.