Ajenos a la cuesta de enero
Miles de personas se echaron a la calle en el primer día de rebajas en centros comerciales y en más de 100.000 tiendas
"¿Pero tú te crees que esto puede costar 37 euros? ¡Mira qué feo¡ Porque se ha empeñado mi marido, que si no...". Mari Ángeles, de 64 años, habla sin parar mientras agita un jersey azul oscuro con unos rombos enormes que acaba de sacar de una bolsa. A su alrededor, sus nietos están tirados en el suelo, exhaustos, bebiendo yogur líquido y apoyados en una de las paredes de un centro comercial de la capital. Mari Ángeles y su grupo viven en Arganda. "Por la mañana cogimos el metro y, hala, nos hemos plantado en Madrid", cuentan. Las bolsas les rodean. Son las rebajas. "Aquí de barato nada. Y donde está barato, está todo desorganizado", criticó Mari Ángeles. "Y di lo de las colas", le apuntó una de sus nietas desde el suelo. La mujer asegura que es la primera vez en su vida que asiste a un día de rebajas: "Es que si algo me gusta me lo compro cuando sea, lo de hoy no lo vuelvo a repetir".
Trucos
Miles de personas, ajenas a la temida cuesta de enero, se echaron ayer a la calle en el primer día oficial de descuentos. Las rebajas comenzaron en los grandes almacenes y en unos 100.000 establecimientos de toda la región. Grandes carteles anunciaban ayer los descuentos, pero con un pequeño truco. Si de lejos se ven unas enormes letras que ponen: "50% de descuento" sólo hay que acercarse un poco para ver que, justo encima y en letra pequeña hay un "hasta el". Es decir, muy pocos artículos están rebajados a la mitad. La mayoría tienen un descuento que, como mucho, llega hasta el 30%. A primera hora, se repitieron las tradicionales aglomeraciones y carreras. Y es que muchos piensan, y con razón que, de encontrar algo en rebajas, tiene que ser el primer día y a primera hora.
"Después hay que poner una vela a un santo", explica Alicia, de 28 años y que pasea por el centro comercial La Vaguada. Y eso que muchos negocios ya estaban de rebajas desde por lo menos el 2 de enero. Los comerciantes esperaban que ayer se colocase entre el 15% y el 20% del género sacado para las rebajas. Tradicionalmente, la primera quincena de enero acapara el 60% de las ventas de la temporada de rebajas, aunque en muchos comercios los descuentos duran hasta incluso el mes de marzo.
Sólo en Madrid, los comerciantes del sector textil estiman que el volumen de ventas ascenderá a 570 millones de euros. Muchos compradores no siguieron la regla de oro de las asociaciones de consumidores: comprar sólo las cosas que se necesitan. "Estamos haciendo justo lo que dicen que no hay que hacer: salir a echar un vistazo", explicaron dos amigas en el centro comercial La Esquina del Bernabéu.
Otros, que habían acudido a cambiar los regalos de Reyes, también picaron y terminaron comprando. Las adolescentes eran carne de cañón. "Me he comprado unos zapatos que están rebajados cinco euros, aunque ahora no sé si los necesito", explicaba Verónica. En una conocida tienda de zapatos, unas botas que antes costaban 160 euros ayer se podían comprar por 30 euros menos.
Inspecciones
Dos mil comercios de la capital serán inspeccionados por el Ayuntamiento para comprobar que, de verdad, hay rebajas. La campaña movilizará a 42 inspectores. Entre las quejas de los consumidores destaca sobre todo una: la imposibilidad de comparar el precio rebajado con el que había antes. En una tienda de lencería, los sujetadores tenían puesta una pegatina que no había manera de despegar con la leyenda "12 euros". En teoría, estaban tapando el precio anterior, algo imposible de comprobar.
En otros comercios, el precio anterior estaba directamente tachado a bolígrafo y el nuevo escrito al lado. Otros sencillamente tenían sólo un único número.
Fernando y Guillermo, de 28 y 29 años, se mostraron ayer muy escépticos con las rebajas. "No entendemos nada. A mediados de diciembre nos fijamos en un jersey y hemos venido a comprarlo en rebajas, pero creemos que tiene el mismo precio que antes, y eso que pone que está con un 20% de descuento". Ellos tienen una teoría: "Lo que hacen es subir el precio pocos días antes de las rebajas y luego aplican los descuentos". Pero esa teoría, si fuese cierta, sería completamente ilegal y denunciable.
"Todo es una birria"
Sentada en el escalón de una conocida tienda de ropa para chicas, Francisca Soriano, de 67 años, espera a que sus dos hijas terminen de comprar. "Todo es una birria, ¿pero cómo te vas a comprar esta guarrería?", critica, mientras señala dos prendas tiradas en el suelo, una estantería con decenas de jerseys revueltos y otra donde ya ni se distingue si hay camisetas o bufandas.
Como Francisca, hay muchos escépticos de las rebajas. Gente que piensa que algunas tiendas sacan durante estos días prendas de peor calidad y que esconden lo bueno. "Si hay algo bueno sólo ponen una talla pequeña y ya está", criticó Francisca. Dos adolescentes señalaron que los artículos de la nueva temporada no están rebajados. "En muchos sitios sacan ropa antigua", contaron.
"Yo creo que la gente viene para darse una vuelta y porque aún hay muchos de vacaciones", contó Lorena, abrumada por las aglomeraciones y las colas. Otros clientes se quejaron de que encontrar prendas a la mitad de precio era prácticamente imposible. "En las tiendas con ropa buena no hay rebajas, en el resto tienes que tragarte las colas", comentaron.
No todo son quejas. Hay auténticos defensores de las rebajas, como Cristina Chorro. Ella fichó un jersey en un centro comercial antes de los descuentos y ahora lo ha encontrado rebajado. "Me he ahorrado 20 euros. ¡Claro que hay cosas en rebajas!".
Las tiendas pequeñas también hacen descuentos estos días, a la sombra de los grandes centros comerciales. "En deportes no se hace mucho descuento, llegaremos a un 30%", explicó José Luis, que tiene una tienda familiar en el Barrio del Pilar. "Lo que no le gusta a nadie no se vende nunca, por mucho que lo rebajes", concluyó este tendero.
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