Papa Noel
Parece mentira que con todo lo que despotricamos de los yanquis, estemos copiando una a una todas sus tradiciones: celebramos el jalogüen en sustitución del Día de Todos los Santos, disfrazando a los niños para que pidan por las casas en la noche del uno de noviembre, con la frase tan anglosajona de "dádiva o castigo", que nadie sabe a qué se refiere; disfrazándonos los mayores para hacer el chorra por la plaza de la Merced; en estas fechas, que debían estar cargadas de costumbres españolas, tenemos al Papa Noel trepando por los balcones de nuestras casas, me pregunto ¿Qué pinta el pedazo de gordo vestido de colorao con un trineo de renos en España? ¿Es que no tenemos tres, por falta de uno, Reyes Magos que adoraron al Niño en el Portal? ¿Por qué en nuestras calles se oye el "yinye le, yinye le" en vez de "esta noche es Nochebuena?".
Nuestros niños se atiborran con quechú perdiendo la oportunidad de saborear unas buenas albóndigas con su salsita de piñones o de almendras, beben coca-cola como los peces en el río y se idiotizan con ensordecedores dibujos animados cargados de violencia.
Me siento un poco responsable de lo que estamos haciendo con las generaciones venideras, creo que aparte de responsabilizarnos por dejarles un mundo lleno de contaminación y cada vez más vacío de fauna y flora, también algún día nos recriminarán nuestra blandura en su nula educación, nuestra falta de memoria para asumir nuestras tradiciones, nuestra desidia en transmitirles tantas tradiciones y semblanzas entrañables que nos legaron nuestros abuelos.
Tal vez aún estemos a tiempo de evitar que terminemos celebrando el día de Acción de Gracias (día que nace como el agradecimiento de los colonos americanos al Señor al mantenerlos con vida y salud en lugares tan alejados de la civilización entonces al uso) en sustitución de la Fiesta Nacional de la Patrona de España, nuestra tan española Virgen del Pilar.
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