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Reportaje:

La Corte en Dénia

Una exposición rememora las estancias de Felipe III en la costa dianense, que fue "destino de moda" entre la curia real

La ciudad de Dénia vivió hace cuatro siglos una época de esplendor poco conocida, o quizá poco divulgada. Por su costa navegó y realizó estancias el rey Felipe III, entre finales del siglo XVI y principios del XVII. La primera, coincidiendo con su boda en Valencia en el año 1599; la segunda, de vacaciones ese mismo año; y la tercera, con la fundación del convento de Nuestra Señora de Loreto (1604). Tres visitas que convirtieron a la capital de la Marina Alta en destino de moda entre los miembros de la realeza y de la Corte en Madrid.

Una muestra, titulada El Rei a Dénia. Felipe III i la fundació de Nuestra Señora de Loreto y expuesta en el edificio de la antigua estación de trenes de Valencia, junto a la zona portuaria dianense, rememora aquellos años. Recupera además un vínculo que mucho tuvo que ver con la atracción que despertó Dénia entre la curia real, el que unió a Felipe III con el poderoso Francisco Gómez de Sandoval, Grande de España, marqués de Dénia, caballerizo mayor del monarca, consejero de Estado, y duque de Lerma. Principal valedor del rey, se ocupaba de los asuntos de Estado, tenía autorización para firmar en nombre del monarca y disponía de las llaves de las cámaras reales. Gómez de Sandoval acabó perseguido, acusado de desfalco de las arcas reales, y traicionado por su propio hijo, el duque de Uceda. En 1618 obtuvo la púrpura cardenalicia y la inmunidad que le libró de sus adversarios. Falleció en 1625.

La muestra adentra al visitante en aquellos años. Reproduce el ambiente cortesano, las joyas, los retratos, vestimenta, atrezos, tejidos, armaduras, monedas, referencias religiosas (Felipe III era extremadamente religioso), piezas de arte, y una maqueta de la ostentosa galera que el duque de Lerma mandó construir para ganarse, más si cabía, los favores del monarca. "Dénia y su puerto era entonces el señorío más prospero del duque de Lerma", explica el arqueólogo Josep Antoni Gisbert, comisario de la exposición. "Fueron tiempos dorados para Dénia, distinguida como base de galeras, ocupando un lugar en la defensa naval del Imperio", y una de las primeras villas en recibir (en 1612) el título de "ciudad" por designio real, recuerda Gisbert.

En los meses de julio y agosto de 1599, Felipe III y su esposa Margarita de Austria disfrutaron de unos días de vacaciones en la costa de Dénia. Unos 1.300 soldados acompañaban la comitiva real en sus viajes. No es difícil por tanto imaginarse la expectación y asombro que causó la visita de los miembros de la Corte a la costa de Dénia. Allí disfrutaron de plácidos paseos en galera, de la caza, de la pesca del atún y de las fiestas populares con las que el pueblo agasajaba a los monarcas. Gisbert ha recuperado para documentar e ilustrar esta época textos de Félix Lope de Vega, del poeta valenciano Gaspar Aguilar y un manuscrito de Felipe de Gauna, que conserva la biblioteca de la Universitat de València.

Para la ocasión se han reunido piezas procedentes del museo Nacional del Prado, como el retrato de la reina Margarita, o el cuadro Galápago, del pintor valenciano Pedro Juan Tàpia, regalo del marqués para el Gabinete de Historia Natural del rey, y que se expone por primera vez. Del museo Cerralbo procede el cuadro que representa a Diana y las ninfas, el mito que relaciona a la diosa con el nombre y la fundación de la ciudad. La muestra no deja pasar por alto uno de los hechos históricos más relevantes del reinado de Felipe III: la expulsión de los moriscos, el año 1609. Unas 43.000 personas de origen morisco embarcaron en el puerto de Dénia para abandonar el país. Planos, grabados, monedas e ilustraciones rememoran la época.

La exposición, una importante apuesta del municipio de Dénia con motivo de las actividades conmemorativas de la fundación del convento de Nuestra Señora de Loreto (1604), permanecerá abierta al público hasta el 20 de febrero. Han colaborado en su organización el Museu Arqueològic de la Ciutat de Dénia, el Convent de les Angústies y la CAM.

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