Los actos racistas le cuestan 65.000 euros a la federación

La Comisión de Disciplina de la FIFA comunicó ayer a la Federación Española su decisión de sancionarla con una multa de 100.000 francos suizos (unos 65.000 euros) por los incidentes racistas que se produjeron en noviembre pasado por parte de un sector del público, en Madrid y Alcalá de Henares, con ocasión de los partidos amistosos entre las selecciones absolutas y sub 21 de España e Inglaterra.

Ante la denuncia inglesa, la FIFA abrió una investigación para aclarar hasta qué extremo se habían violado sus reglamentos y su código de ética en los estadios Bernabéu, de Madrid, y Virgen del Val, de Alcalá de Henares, en los que respectivamente jugaron sendos partidos amistosos, el 16 y el 17 de noviembre, las selecciones sub 21 y absolutas de España e Inglaterra.

Finalmente, el acuerdo de su Comisión de Disciplina ha sido el de imponer a la Federación Española, que no recurrirá, una multa de 100.000 francos suizos (unos 65.000 euros) y advertirle de que, de repetirse los incidentes de carácter racista, se aplicará una pena mayor y la propia selección española, inmersa en la fase clasificatoria para la Copa del Mundo de Alemania 2006, será castigada a jugar en casa a puerta cerrada uno o varios partidos o incluso excluida de algún torneo.

Sin embargo, el órgano sancionador de la FIFA no ha hecho de momento alusión alguna al comportamiento de Luis Aragonés. El técnico del equipo nacional se manifestó en términos ofensivos -"negro de mierda"- respecto al francés Henry en su intento de arengar a Reyes, compañero suyo en el Arsenal, inglés, durante un entrenamiento en octubre y después, cuando los periodistas británicos le recordaron su desliz, se enfrentó a ellos verbalmente remitiéndose a la actuación de su Imperio en sus antiguas colonias.

El presidente de la FIFA, el suizo Joseph Blatter, ha reiterado estos días su preocupación por los sucesos xenófobos que están salpicando al fútbol y se ha mostrado decidido a tomar las medidas precisas, por duras que sean, para procurar erradicarlos de los campos de juego.