El Villarreal hipnotiza al Málaga

Imperturbable a todo, sin atender al nombre, a la calidad, a las características y formas del rival, el Villarreal venció al Málaga siendo fiel así mismo, con la paciencia que acostumbra, a velocidad de crucero que desespera y agrieta a los contrarios. Planea una sensación extraña en los partidos del Villarreal. El fútbol parece jugado a cámara lenta, con apenas ritmo, como extraído de los dibujos animados en los que acciones concretas parece que se eternizan. En Riquelme se puede buscar la causa, la culpa y el mérito. Todo discurre a la velocidad que marca el argentino, cuyos movimientos pausados tienen sentido dentro de un reparto de compañeros que se han adaptado al guión propuesto por el técnico, Manuel Pellegrini.

El fútbol del Villarreal produce un efecto pernicioso en los rivales que visitan El Madrigal, que quedan como hipnotizados. El Málaga también sufrió tal embrujo y, tras un inicio de partido prometedor, cayó pronto enredado y persiguiendo fantasmas. El Villarreal se dedicó a lo suyo, a tocar en corto, al juego horizontal, a las largas posesiones. La paciencia desespera a los inquietos y el grupo de Gregorio Manzano fue perdiendo el sitio y los papeles ante la tortura china a la que estaban siendo sometidos.

Las asociaciones de Riquelme y Cazorla por el centro, las penetraciones de los laterales por los costados, la velocidad de Guayre y los movimientos en busca de posición de remate de Figueroa irritaban sobremanera al Málaga, que, para colmo de la desesperación, recibió la primera estocada en el último instante del primer periodo. Riquelme botó una falta en el vértice del área y el esférico encontró una cabeza, la de Peña, que llevaba toda la vida sin ver puerta en la Liga española. Lo hizo tras 260 partidos sin marcar en 10 años en España. Es el jugador que más ha tardado en lograr un gol y supera a De Felipe, ex del Madrid y el Espanyol, que estuvo 248 partidos. Riquelme, por su parte, sumó su octavo pase de gol en el campeonato y aumenta así su liderazgo en esta clasificacación.

La agonía del Málaga prosiguió en el segundo acto. Riquelme, con un disparo lejano que Calatayud no supo atrapar, terminó de zanjar el asunto. El conjunto andaluz no mostró argumentos, recursos, ni fe para revertir la situación. Todo lo contrario que el Villarreal, que sabe qué quiere y cómo conseguirlo.