_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Optimismo

Mariano fue siempre un tipo optimista y emprendedor. Todas las navidades, desde muy pequeño, se anima a sí mismo ante el espejo con esta arenga: "Ánimo, Mariano. Si este año no has conseguido nada, el año que viene conseguirás el doble, es decir, nada de nada". Después se acicala, se perfuma, se engomina el pelo y sale por ahí consigo mismo para felicitar a todo bicho viviente, perpetrar villancicos en los bares y desear felicidad al lucero del alba. Normalmente llega a su casa bien entrada la noche con una turca ejemplar, como le ocurrió ayer. Su señora tolera con sospechoso entusiasmo estos desmanes de su esposo porque así se libra de él durante unas horas y puede vivir tranquila.

A pesar de todos los cánticos y los miles de bombillitas, hay muchos ciudadanos a quienes la Navidad les atosiga, y andan más mosqueados que los pavos por estas fechas. Si disponen de posibles, escapan de estampida y se van a airear el ombligo en algún trópico, lejos de peces que beben sin parar en el río, burras cargadas de chocolate e individuos que te abrazan efusivamente mientras te clavan una daga por la espalda. Por otra parte, las ausencias sobrevuelan en todas estas celebraciones y la melancolía está siempre al acecho. Bastante complicada es la existencia como para andarse con melancolías a estas alturas. Si no queda otro remedio que participar, a lo mejor es juicioso enloquecer por unos días, ponerse gorritos de papel con lentejuelas y pregonar a grito limpio por la calle que todo el mundo es bueno y que éste es el mejor de los mundos posibles.

Total, que llegó ayer Mariano a su casa en estado lamentable, tras forcejear rudamente con la llave y la cerradura. Y se encontró a su señora departiendo rijosamente en la alcoba con un vecino astuto pero equivocado. Mariano hizo sonar su matasuegras, brindó a las paredes, felicitó las Pascuas a una fotografía de su boda, se abrazó al armario de luna y dijo con voz firme y teatral: "A mí no me preocupa que me robe usted la mujer, caballero. A mí lo que me preocupa es que me la devuelva". Felicidades.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_